Los restaurantes neoyorquinos volvieron este viernes a recibir a clientes en espacios interiores después de que el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, les permitiera operar al 25 % de su capacidad tras más de dos meses limitados a zonas al aire libre.
Aunque inicialmente Cuomo dijo que los restaurantes podrían abrir sus salones interiores el 14 de febrero, coincidiendo con el día de San Valentín, poco después adelantó la fecha al día 12, dado el continuado declive de hospitalizaciones y tasas de infección en el estado de Nueva York.
A partir del 14 de febrero, además, los restaurantes podrán permanecer abiertos hasta las 11 de la noche, en lugar del límite de las 10 de a noche por el que se rigen en la actualidad.
‘Nuestras decisiones se basan en ciencia y en datos, y nos ajustamos a la vez que se ajusta el virus’, afirmó este viernes Cuomo en una conferencia de prensa.
‘La tasa de infección y las hospitalizaciones han seguido bajando de manera notable. Por lo tanto, hemos ajustado las aperturas de estadios y de servicios de comidas con test rigurosos, y limitando la capacidad de las salas de restaurante interiores en la ciudad de Nueva York’, agregó el gobernador, que esta semana anunció también la reapertura de estadios con una capacidad para más de 10.000 personas a partir del 23 de febrero.
‘Si conseguimos mantener bajas las infecciones y aumentamos las vacunas, seguiremos llevando la delantera en esta carrera contra este enemigo invisible’, insistió.
Cuomo también anunció este viernes que el estado de Nueva York suministró más de 132.000 vacunas de coronavirus en 24 horas, lo que indica una importante aceleración en los esfuerzos de la región por inocular a sus residentes.
Además, a partir de este viernes, varias cadenas de farmacias han empezado a vacunar también a neoyorquinos, y en total 250 establecimientos de Duane Reade, Walgreens, Rite Aid y Costco han recibido unas 26.000 dosis.
Desde el próximo lunes, el estado de Nueva York comenzará a vacunar a personas con graves dolencias, como cáncer, problemas de corazón o enfermedades pulmonares, después de haber dado prioridad a trabajadores de servicios esenciales y a mayores de 65 años.