El turismo se ha reinventado. No es solo viajes de negocios o unas vacaciones a Disney después de varios años de planificación. Hoy día, son muchos los que han renunciado a la “estabilidad del trabajo de oficina de 8am a 5pm, para lanzarse a la aventura de viajar por el mundo como una opción de vida, haciendo frente a los que le tildan de estar cometiendo una locura.
Hay otros que, sin dedicarse exclusivamente a ello, tienen viajar como una de sus prioridades. Ahorran y antes de comprarse un vehículo, por ejemplo, prefieren gastarlo en subir a Machu Picchu, recorrer las calles coloridas de Cartagena o dejarse besar por el delicioso clima mediterráneo en Cinque Terre.
No hace faltan estudios que confirmen lo beneficioso que resulta irse de viaje (pero los hay) y abrir la mente a otras culturas. Las estadísticas lo confirman. Según la Organización Mundial del Turismo: “los desplazamientos internacionales de turistas a nivel mundial han pasado de 25 millones en 1950 a 1300 millones hoy en día”, y en ese mismo periodo “los ingresos provenientes del turismo en los países de destino aumentaron de 2000 millones de dólares americanos a 1260 billones”.
Utilizando lo escrito anteriormente como telón de fondo, se destaca que las mujeres han sido las grandes revolucionarias en esta reinvención turística. Cuando en un pasado no muy lejano, que una mujer viaja sola era considerado objeto de investigación científica, el número que decide viajar sola (aun teniendo pareja) es cada vez mayor.
“Se percibe un mayor interés de mujeres, de entre 25 a 35-40 años, que deciden conocer nuevos destinos en solitario”.
Así lo afirma la directora ejecutiva de Yoplan, una plataforma que permite conectar a viajeros con los residentes de un determinado país, y quien además es una de las que forma parte de este movimiento de mujeres que viajan en solitario.
Las razones varían, pero casi todas confluyen en una motivación en particular: su empoderamiento como mujer, su libertad. Otras razones son el descubrirse a sí mismas, ampliar sus conocimientos, crecer espiritual, mental y culturalmente, así como vivir la experiencia de otras viajeras o blogueras de viajes, de descubrir nuevos destinos y realidades sociales.
Según Rivas, entrevistada por la agencia Efe, los datos que viene recogiendo su empresa indican que las mujeres que viajan solas es una tendencia creciente especialmente en España y América.
“Se percibe un mayor interés de mujeres, de entre 25 a 35-40 años, que deciden conocer nuevos destinos en solitario. Son mujeres modernas que suelen mostrar interés por mezclarse con la cultura local, su gastronomía, su historia y su gente”.