Por: Eva Saiz / El País
La WTTC aborda los principales retos de la industria: las amenazas derivadas de una excesiva presión turística y la digitalización.
El sector de los viajes y el turismo, con una contribución del 10,4% al PIB global, es el segundo que más crece del mundo. Con una previsión de creación de 86 millones de puestos de trabajo hasta 2026, sus perspectivas de futuro parecen garantizadas. Unas expectativas que se apuntalan con la paulatina incorporación de la generación millennial a la clase media, que se suma a la de los más de 65 años, las más propensas a viajar.
Los líderes del sector, reunidos esta semana en la Cumbre Mundial del Turismo (WTTC, en sus siglas en inglés) que se ha celebrado en Sevilla, sin embargo, son conscientes de que esos flujos pueden derivar en una presión que sea complicada de gestionar para los destinos turísticos y que acaben mermando sus oportunidades de negocio. El éxito de hoy puede no acabar proyectándose en el futuro, es su temor.
Una reflexión que ha sido compartida también por los dirigentes políticos que han acudido al foro y que asisten con preocupación a la despersonalización de las ciudades derivada del fenómeno de la turistificación. Además de la importancia de garantizar un modelo de turismo sostenible, el otro gran reto al que se enfrenta el sector es adaptarse a los desafíos y disrupciones de la transformación digital y aprovechar las oportunidades que ofrece.
“La principal responsabilidad de nuestra industria es crecer de manera sostenible”, advirtió el presidente de la WTTC y consejero delegado de Hilton, Christopher Nassetta, durante la inauguración de la cumbre. Una inquietud que también ha compartido estos días el consejero delegado de la compañía de cruceros Royal Caribbean: “Nuestro problema no es cómo atraer turistas o clientes, sino cómo vamos a absorberlos”, se cuestionó el empresario.
La desestacionalización y la diversificación de destinos son las estrategias por las que están apostando países como Grecia, Egipto o España, donde el sector turístico tiene un gran peso específico en su economía, pero la descoordinación entre las políticas nacionales y las locales puede desincentivar las inversiones del sector. Así se ha manifestó este jueves el alcalde de Sevilla, Juan Espadas. “Es necesario tener una coherencia de país, si no hay coordinación entre los distintos niveles, no puede haber éxito”, ha advertido. Espadas aboga por planificar para administrar el margen de crecimiento del sector y su Gobierno ha optado de una manera clara por potenciar el turismo de lujo y de calidad y canalizar, a través de la capital andaluza, el flujo de viajeros a otros lugares de Andalucía. “No podemos repetir los errores de otros destinos que quizás no planificaron”, ha advertido.
La WTTC ha realizado un estudio en el que ha analizado el grado de preparación de las ciudades para administrar el crecimiento del turismo en un futuro cercano. El informe, impulsado por JLL Global Hotels, analiza las ciudades según sus fortalezas naturales, su valor patrimonial, su capital social y el impacto de sus políticas de fomento del sector. Barcelona, por ejemplo, estaría en el nivel de ciudades con presión creciente —el más preocupante—, aquellas que “tienen una fuerte actividad turística e infraestructuras consolidadas, pero que se enfrentan a una fuerte presión para administrar grandes volúmenes de visitantes”.
Viajeros asegurados
La progresiva incorporación de los millennial, la primera generación nativa digital, a la clase media está impulsando una nueva forma de viajar. El sector debe adaptarse a sus nuevas exigencias sin descuidar las demandas de los mayores de 65 años, una parte de la población con poder adquisitivo y tiempo libre para hacer turismo.
La diversificación y la individualización son las respuestas para la dicotomía derivada de este reto demográfico. «Ya no vale con tener un turoperador grande u hoteles que llenar, sin una oferta diversificada y un tratamiento individualizado, hoy al alcance de la mano con Internet, estás fuera del mercado», es una de las reflexiones que Fritz Joussen, CEO de TUI lanzó en el foro. En esa línea de adaptar la oferta a las necesidades concretas de los clientes se encuentran buena parte de las empresas hoteleras que están diversificando sus marcas, en algunos casos incluso para competir con los modelos de apartamento turísticos.
La permeabilización a las nuevas tecnologías juega un papel esencial en esa adaptación y la rapidez con la que las empresas del sector las incorporen es vital para su supervivencia. El presidente de Telefónica, José María Álvarez-Pallete, fue muy claro al respecto en la mesa en la que participó en la cumbre. “Nos encaminamos hacia un turismo más digital y para ello es básico tener mayor conectividad. No solo se trata del Big Data o de disponer información, sino de mejorar la experiencia de los clientes y los viajeros. Ellos deben ser el centro de todo”, indicó.
La digitalización y la sostenibilidad son los principales desafíos del sector, unos retos que las empresas abordan con optimismo, dadas las buenas perspectivas de crecimiento. Ejemplo de esa pujanza son los 3.000 millones de dólares que solo 15 de las más de 160 compañías que integran la WTTC han comprometido para los próximos dos años en España y que evidencia la pujanza de este país como destino turístico.