La visión de nación de la República Dominicana consiste en convertirse, para el año 2030, en un territorio próspero, en el que las personas vivan dignamente, apegadas a valores éticos y en el marco de una democracia participativa que garantice el Estado social y democrático de derecho que establece la Constitución de la República.
El ideal es promover la equidad, la igualdad de oportunidades, la justicia social, de manera que pueda desarrollarse de forma innovadora, sostenible y se inserte competitivamente en la economía global.
Esa visión de nación incluye un nuevo modelo de desarrollo que procure enfrentar los principales problemas y rezagos que exhibe la sociedad dominicana en los ámbitos institucional, social, económico y ambiental; así como superar los retos que depara el futuro, asociados a un mundo en constante cambio en términos tecnológicos, climáticos y de las relaciones entre las naciones y las poblaciones a nivel global.
El referido modelo no podría viabilizarse de manera efectiva sin una conciencia social clara acerca de la importancia del turismo como objetivo estratégico, dado el aporte significativo de esta actividad al Producto Interno Bruto (PIB) de la República Dominicana y, por vía de consecuencia, su impacto positivo en el desarrollo nacional.
Sin embargo, la ocurrencia en lo que va de este año de una serie de incidentes que involucran a turistas norteamericanos, reportándose por lo menos tres muertes en situaciones aún no esclarecidas con exactitud; impactan negativamente en una fama bien ganada durante los últimos cincuenta años.
Esto sucede en el mejor momento de la historia del turismo, cuando el país se encamina a atraer a más de 10 millones de turistas cada año.
Naturalmente, se trata de acontecimientos aislados en un destino seguro, reconocido, incluso, por la Organización Mundial de Turismo (OMT).
También ha quedado demostrado en el hecho de que en los últimos cinco años han llegado más de 30 millones de turistas extranjeros.
A través de un aporte superior del 8% al PIB y un crecimiento promedio de un uno por cierto superior al conjunto de la economía, el sector turismo constituye uno de los principales motores económicos, y produce más del 25% de las divisas que genera la economía nacional.
Incluso, la propia embajadora de los Estados Unidos, Robin Bernstein, dijo que la mayoría de los visitantes de ese país que han llegado a República Dominicana no ha tenido ningún inconveniente relacionado con la delincuencia.
Los esfuerzos gubernamentales y del ámbito privado han dejado resultados elocuentes, al punto que prácticamente se ha duplicado la llegada de turistas extranjeros en el último lustro.
El incremento de los visitantes no residentes comenzó a palparse para el año 2014 cuando llegaron 4,607.047, pero al concluir 2018, la cifra superó los 6 millones.
En el país debemos profundizar los niveles de conciencia acerca de la relevancia del turismopara la economía nacional.
Cada día la casi totalidad de las naciones del mundo desarrollan campañas de promoción, fundamentadas en buenas estrategias, a fin de ampliar sus destinos turísticos.
El alto nivel de competencia puede observarse en las diferentes ferias que se llevan a cabo a nivel planetario, entre las que destacan las europeas Fitur, España; ITB Berlín, Alemania; y Top Reza, Francia.
La sanidad de la economía dominicana pasa por el turismo, lo que implica que todos los sectores con poder de decisión, entre ellos los principales actores políticos, tienen la responsabilidad de contribuir al cuidado de esta industria vital para el desarrollo nacional.
Sencillamente, hay que crear la conciencia social necesaria para blindar nuestro turismo ante cualquier amenaza.