La respuesta está tardando en llegar. Se necesita más contundencia y rapidez en la respuesta de las autoridades (Turismo principalmente, pero también otras) a la campaña que corre por medios internacionales sobre los peligros de venir a República Dominicana. Callar no es nunca una opción.
En todos los destinos turísticos del mundo mueren viajeros. En Ibiza y Mallorca, en Nueva York, en el Everest, en cualquier país de Africa y Asia … República Dominicana tiene, muy por el contrario, un envidiable record: los fallecimientos son prácticamente cero.
Pero si hablamos de violencia… ¿vivimos en un país seguro? Pues tendremos que revisar esa idea. Porque los asaltos, atracos y balas perdidas son frecuentes y estamos habituados a recibir vía whatsapp todo tipo de testimonios. Y aunque el caso de David Ortiz se va aclarando hacia asuntos personales y no de violencia o inseguridad callejera, hay una realidad.
No ayuda envolvernos con la capa del orgullo nacional si no exigimos al mismo tiempo que se revisen estrategias de seguridad ciudadana. Aquel país en el que como mucho se daban casos de raterismo de baja intensidad está muy lejos ya en el tiempo. Hay sicariato, narcotráfico. Hay demasiadas armas en la calle y demasiados jóvenes desesperados que salen a robar un celular al precio que sea. Es una realidad que enfrentamos a diario.
Duele la campaña internacional y duele porque es exagerada, amarillista, inflada por el entusiasmo con que las redes (y los medios tratando de ganar a las redes) manejan estos temas. Este es el mejor país del mundo para vacacionar pero hacen falta otras políticas de seguridad.