En un mundo globalizado, interconectado, y saturado por una competencia regional y mundial, es más que normal que, gracias a mercados abiertos, los países, las empresas, y los individuos, compitan por los mismos espacios y los mismos mercados, siempre y cuando la competencia sea formal y esté sustentada en excelentes propuestas, a precios que nadie pueda igualar.
Y eso es lo que en materia de turismo ha hecho la República Dominicana, competir de manera formal, de manera legal, y de manera leal, pues gracias a los esfuerzos conjuntos entre el Gobierno y el sector hotelero, el turismo dominicano se ha convertido en líder regional, donde el Gobierno crea el marco jurídico, construye excelentes carreteras, y promueve las bondades de nuestro clima tropical siempre cálido, nuestras playas siempre cubiertas de finas arenas calcáreas blancas, nuestras aguas marinas siempre tibias, nuestras comidas siempre exquisitas, nuestros precios siempre bajos, y nuestra gente siempre buena y amable, mientras los hoteleros invierten recursos económicos para construir modernas infraestructuras adaptadas a nuestro clima, y brindan los mejores servicios y atenciones que merece cada turista, todo lo cual ha permitido que el turismo dominicano tenga un crecimiento envidiado por muchos competidores que desearían que los casi 7 millones de turistas que nos vienen a visitar se desvíen hacia otro lugar, lo cual es normal y es legal.
Pero lo que no es normal, ni es legal, ni es leal, es que para tratar de estrecharle el camino al creciente turismo que desde todas partes del mundo llega a la República Dominicana, algunos competidores se abracen a un poderoso medio de comunicación que hoy día utiliza su prestigio a nivel del manejo de la información para diseñar y hacer correr a nivel mundial toda una odiosa campaña de pánico y descrédito en contra de la hospitalidad y de la seguridad de la cual siempre han disfrutado los turistas que llegan a la República Dominicana, campaña que ha sido sustentada en unas 10 casualidades, algunas de ellas generadas por condiciones previas de salud, casualidades que son normales en todas partes del mundo, incluyendo en la nación donde tiene su sede la prestigiosa cadena de televisión.
O, ¿acaso no fue en Las Vegas, una de las ciudades más turísticas de EUA, donde en octubre de 2017 un ciudadano de 64 años de edad se instaló cómodamente en el piso 32 del Mandalay Bay hotel, con 10 rifles automáticos, y desde allí, con premeditación, alevosía y acechanza, siendo las 10 de la noche, abrió fuego contra una multitud de 22 mil fanáticos que disfrutaban de un concierto de música country, dejando 58 muertes y 500 heridos, muchos de ellos turistas, caso considerado como el más mortal tiroteo de la historia reciente de los Estados Unidos? Sin embargo, a ninguna cadena estadounidense de televisión se le ocurrió comparar a Las Vegas con una zona de guerra, ni plantear que fruto de esa tragedia los turistas de Estados Unidos y de todo el mundo debían abstenerse de visitar a Las Vegas.
¿Acaso no fue en la discoteca Pulse, de la turística ciudad de Orlando, Florida, donde en junio de 2016 un joven armado entró a las 2 de la madrugada y disparó contra cientos de jóvenes que allí se divertían, matando a 50 jóvenes y dejando a 53 heridos, muchos de ellos turistas, en lo que los medios de comunicación definieron como una terrible masacre? Sin embargo, a ninguna cadena estadounidense de televisión se le ocurrió comparar a Orlando con una zona de guerra, ni mucho menos montar una campaña en contra del turismo en Orlando planteando que los turistas de Estados Unidos y de todo el mundo debían abstenerse de visitar a la ciudad de Orlando.
Los turistas saben bien que esos lamentables casos ocurridos en Las Vegas y en Orlando fueron hechos aislados que no representan el diario vivir de la bella ciudad de Las Vegas, ni de la familiar ciudad de Orlando, y por eso los turistas han seguido haciendo turismo en Las Vegas y en Orlando con el mismo entusiasmo de siempre; del mismo modo en que los turistas de todo el mundo seguirán haciendo turismo en la República Dominicana con el mismo entusiasmo de siempre, ignorando cualquier campaña negativa claramente definida y construida con el único propósito de desviar hacia otro cercano lugar el turismo que masivamente viene a disfrutar de todo lo que sólo la República Dominicana puede dar, pues además del radiante sol tropical, además del calor especial que en época invernal, boreal o austral, invita al turista a nadar, además de playas de finas arenas calcáreas blancas, y además de exquisitas comidas a los mejores precios, los dominicanos damos al turista lo que muchos otros quisieran dar: un calor humano muy especial que sólo los dominicanos hemos podido tener desde el mismo momento de nacer, y ese especial calor humano nunca podrá ser enfriado por ninguna cadena de televisión al servicio del turismo de otra región.