Las previsiones de expertos sobre cómo evolucionará la hotelería en la próxima década pivotan sobre el cambio en los gustos de la demanda a la vez que al boom de nuevos mercados y nichos, pero también abordan el nuevo liderazgo que tendrán las empresas, así como a las transformaciones de los productos, la creación de inéditos destinos y la reconfiguración del tema laboral, como recoge esta sección Fin de semana de análisis en REPORTUR.
El nuevo panorama sobre el que tendrá que evolucionar la hotelería lo marcará obviamente el cliente, cuyas preferencias para viajar obedecerán a nuevos criterios como por supuesto un gran servicio, pero también la participación del huésped en la definición del producto, así como la transparencia sobre cómo se consiguió, según un informe de Altran al que tuvo acceso Preferente.
“Los viajeros integrarán la comunidad de la marca, serán parte de las propias empresas, en lo que se llama co-creación, emprendedores dentro de las empresas”, señala el citado estudio, en el que además se enfatiza como punto clave el gran cambio que supondrá la imparable alza del emisor chino en la cuota mundial de turistas.
La masiva incorporación de personas a las clases medias, sobre todo en Asia, serán uno de los puntos de referencia en la evolución de la hotelerías, así como el envejecimiento cada vez más tardío de la población, al mismo tiempo que las nuevas generaciones de jóvenes dan gran prioridad en sus gastos a viajar.
La coexistencia de tantos nichos cada vez más diferentes, como los seniors buscando sanidad preventiva y el wellness; las familias buscando entretenimiento para sus hijos; los jóvenes más partidarios del turismo activo que el contemplativo; los singles buscando diversión o los individuales tratando de encontrar el crecimiento interno y sostenibilidad, conducirán a acentuar la hipersegmentación y personalización de los productos.
DESTINOS. El afán compartido y ya hoy presente de buscar experiencias se espera que traiga un ‘boom’ en la oferta complementaria, que de algún modo los gigantes hoteleros ya están tratando de acercarse a estos nuevos estilos de vida mediante la renovación de sus programas de fidelización.
Así, se espera la irrupción de nuevos destinos por todo el mundo, como por ejemplo se está promoviendo en el sudeste asiático o en Arabia Saudí, mientras para España referentes como Tui o Ryanair han propuesto que se creen destinos “pensando en el largo plazo”.
Los productos tendrán cada vez más diversidad en sus conceptos, incluyendo los apartamentos, y las renovaciones de inmuebles podrán acelerarse gracias a innovaciones como las impresoras 3D, que permitirán rápidas personalizaciones y conceptualizaciones hoteleras que otorguen un valor diferencial para subir la tarifa.
El aumento de la oferta y la reformas planteadas para un horizonte temporal menor al actual conllevará una presión a los productos más obsoletos para readaptarse y alinearse lo máximo posible a los gustos de los consumidores, o de modo contrario serán engullidos por grupos cada vez más grandes.
PERSONAS. Así, uno de los principales cambios previstos para la próxima década vendrá precisamente del nuevo liderazgo que tendrán las empresas turísticas, en primer lugar por las sucesiones sin continuidad en las empresas familiares, que llevarán a potenciar el rol del directivo reportando a un accionista mayoritariamente financiero.
En el apartado laboral, la ola de robotización supondrá un claro cambio de paradigma en los servicios hoteleros, en los que perdurarán los trabajos donde las personas realmente aporten un indiscutible valor diferencial, mientras una importante parte de las operaciones podrán ser automatizadas por la tecnología.
Con la tecnología se podrá encontrar nuevas formas de aportar valor evaluando a los clientes, por ejemplo con precios fijados en base a la IP, al historial de navegación, al comportamiento en redes, o sobre todo al histórico de reclamaciones, de modo que se espera un mayor cuidado del producto ante el temor a ser estigmatizado.
Pero una de las novedades más llamativas podría ser que la realidad virtual traiga el ‘no travel’, que aunque en un principio atente contra el negocio hotelero, también un nuevo canal de ingresos para la industria turística, que en definitiva afronta en la próxima década la mayor transformación que ha vivido nunca.
Expedia: “Lo que me preocupa es Google”
El CEO de Expedia, Mark Okerstrom, reveló durante su participación en la pasada IHIF de Berlín que “una de las principales razones por las que Expedia y Booking están creciendo tan rápido es porque tenemos mucho de lo que los clientes buscan. Este año hemos alcanzado un millón de propiedades”.
No obstante, anunció que “lo que me preocupa es Google, que no solo tienen un millón, sino que tienen a todo en todo el mundo. Tienen miles de millones de ojos sobre los clientes haciendo búsquedas y diciéndoles con exactitud lo que quieren y les gusta”, un arma que siempre ha sido la clave de la distribución, y que con el big data cada vez lo será más en la próxima década, hasta el punto que hoy la información, como reveló TheEconomist, es considerada el mayor activo por encima del petróleo.
El hito de la aviación supersónica
En los vuelos de larga distancia, el factor que sigue molestando más al cliente es el de la cantidad de horas de viaje. La demanda ambiciona claramente por encima de otras cosas reducir el tiempo de esos largos trayectos en avión, y la oferta ya se está moviendo para satisfacerla. Los proyectos en ese sentido se vienen sucediendo en distintos puntos del planeta, y nunca antes habían coincidido con esa firmeza desde el último vuelo en 2003 del Concorde, al que condenó sus altísimos costes por el elevado consumo de combustible, lo que se está solventando en las nuevas iniciativas.