El círculo de protestas y represión en Hong Kong, que ya se extienden desde hace tres meses, está empezando a afectar seriamente al turismo, según diversas fuentes locales.
Tanto Estados Unidos como Australia, el Reino Unido, Irlanda, Singapur o Japón han emitido avisos para sus ciudadanos para que adopten precauciones extraordinarias ante las protestas “confrontacionales” que están teniendo lugar en la ciudad, territorio chino.
Como consecuencia de este ambiente, la oficina de turismo admite que la caída de turistas muestran “una bajada de dos dígitos”, o sea superior al diez por ciento, pero sin más precisiones. Cathay Pacific, la primer aerolínea que cubre la ciudad no ha ofrecido cifras concretas pero un portavoz dijo a la BBC que “se nota el impacto.
Hay una caída significante en las reservas para los meses que vienen, especialmente en los vuelos hacia la ciudad”. La cadena hotelera Langhman, una de las más importantes de la ciudad, coincide en señalar que “en ciertos segmentos” está habiendo una retracción de la demanda.
Desde esta semana, el epicentro de las protestas es el aeropuerto, en el que los viajeros se encuentran con los manifestantes ocupando el espacio central. Hasta ahora, el Parlamento local era el lugar en el que tenían su base las protestas.
Debido a ello, más de 200 vuelos se tuvieron que cancelar debido a que los viajeros no pudieron llegar a abordarlos o a que las tripulaciones se vieron bloquedas. Por su parte, en un acto insólito, el Gobierno chino ha advertido seriamente al personal de Cathay Pacific que no se sume a las protestas.
La mayor parte de los empresarios turísticos, aunque reconocen el impacto de las protestas, afirman que no creen que esto pueda alterar el interés que la ciudad tiene en el turismo a largo plazo y confían en recuperar la normalidad a la brevedad.
Este viernes, hubo más de 80 detenidos, que elevan la cifra de la semana a más de 420, que en su mayor parte son liberados en unas horas.