El Gobierno de Bahamas pidió al sector turístico mundial que no deje de considerar al archipiélago como destino para impedir su debacle económica tras el paso del huracán Dorian por dos de sus principales islas.
Las devastadas islas Ábaco y Gran Bahama, además de Nueva Providencia -donde se encuentra la capital Nassau-, son las tres economías más potentes de las Bahamas, un archipiélago de casi 400,000 habitantes que vive, en gran parte, de turismo.
El ministerio bahamense de Turismo y Aviación (Bmota) ha instado, publican este sábado los medios locales, a todas aquellas personas que tenían intención de viajar al archipiélago antes del paso del huracán a que lo hagan y que no desistan de sus planes ya que muchas de sus 24 islas habitadas, a excepción de las afectadas, siguen “a pleno funcionamiento” y reina la normalidad.
En el noroeste de Bahamas, Nassau, la Isla Paraíso, Eleutera, la Isla Harbour, Andros Bimini y las Islas Berry están en perfectas condiciones.
Tampoco se vieron afectadas las islas en el sureste y centro de Bahamas de Exumas, Isla Gato, San Salvador, Cayo Ron, Long Island, Mayaguana e Inagua, entre otras.
En todos estos lugares los colegios volverán este lunes a su actividad normal.
“Mientras seguimos procesando el impacto del huracán Dorian sobre nuestro país, agradecemos las muestras de apoyo y ayuda, y les pedimos que sigan donando y rezando, pero que también vengan a todas las islas que no han se han visto afectadas por el ciclón”, advirtió el director general del ministerio de Turismo, Ellison Thompson.
En este sentido, ha advertido que salvo los aeropuertos de las zonas afectadas, los restantes están abiertos y en pleno funcionamiento.
Lo mismo, dijo, ocurre con los hoteles, aerolíneas y algunos cruceros.
En este mismo sentido, el Banco Central de las Bahamas (CBOB, en inglés) ha advertido que pese a lo ocurrido a medio y largo plazo hay perspectivas de crecimiento para las Bahamas, aunque no mostró duda de que a corto si afectará a la economía el temporal.
“La devastación sin precedentes ocasionada en las islas del norte de las Bahamas y la interrupción parcial de viajes a muchos aeropuertos afectará negativamente a corto plazo, aunque podría verse aminorado el daño por las zonas no afectadas por el temporal”.
“El ritmo de reservas (turísticas) afectará la velocidad a la cual la economía regrese a la normalidad”, de acuerdo con un comunicado del CBOB.
Las que si experimentarán un impacto sobre las mismas son las reservas exteriores “hasta bien entrado el 2020”, añadió.
Mientras tanto la realidad en las islas Ábaco y Gran Bahama sitúa el número oficial de muertos en 43, pero con el temor de que sean miles, tal y como han subrayado altos oficiales del ejecutivo del país esta semana, tras ver como el fenómeno meteorológico ha pulverizado ambas zonas.
A ello se une el aviso realizado este jueves y viernes por el ministro de Salud, Duane Sands, de que la salubridad e higiene en los dos lugares podrían estar en entredicho en los próximos días dada la falta de sanidad y no descarta la aparición de enfermedades.
En un comunicado difundido anoche el primer ministro, Hubert Minnis, especificó que de la “catastrófica” cifra se divide en 35 en Ábaco y ocho en Gran Bahama.
“La perdida de vidas que vamos a tenemos y vamos a registrar es catastrófica y devastadora”, señala el comunicado de Minnis.
“A aquellos que han perdido a seres queridos se que no hay nada que yo diga que les pueda consolar, sólo les podemos ofrecer nuestro hombro para que puedan llorar, y nuestros rezos para consolarles y al promesa de que no serán olvidados”.
Mientras tanto las operaciones de rescate y salvamento continúan.
La Guardia Costera de Estados Unidos informó que ya ha rescatado a 290 personas tras el huracán Dorian y que seis de sus helicópteros, apoyados por nueve barcos, llevan a cabo labores de búsqueda, rescate y entrega de material logístico y que los puertos ya han sido reabiertos.
Dicho cuerpo de rescate y emergencia estadounidense se encuentra apoyando a las Fuerzas Reales de Defensa de Bahamas y la Agencia Nacional de Gestión de Emergencias (Nema, en inglés) de Bahamas.
A la ayuda de Estados Unidos se encuentra la que dispensa el Reino Unido, Alemania, Canadá y otros países vecinos, entre otros.
Sin embargo, para muchos de los afectados, la ayuda no llega con la rapidez suficiente.