La quiebra de Thomas Cook es la crónica de una muerte anunciada, tal y como descontaban el precio de sus bonos. Por ejemplo, la emisión que vencía en 2022 acusaba un desplome en el precio de un 95,5%, lo que ponía en evidencia que la situación era, cuanto menos, delicada.
Su caída es significativa ya que se trata del segundo mayor touroperador global y el más antiguo del mundo, con 178 años de historia. Además, incluso su auditor de cuentas (EY) resaltaba, hace algunos meses, sus condiciones financieras «inciertas», que podrían originar «dudas significativas sobre su capacidad para seguir operando».
La empresa quebraba al no poder asegurar el pago de 227 millones de euros que necesitaba como fondos extra para garantizar su viabilidad. Además, su cierre dejaba ‘colgados’ a 600.000 turistas, de los que una cuarta parte (150.000) eran británicos. Pero, como es habitual en estas situaciones, siempre hay grandes beneficiados y grandes damnificados que notan, en su negocio y en su comportamiento en bolsa, la caída de un gigante del sector.
El claro beneficiado de la quiebra de Thomas Cook es, sin lugar a dudas, el mayor touroperador global, Tui. El gigante alemán se disparaba más de un 6% en el parqué pese a que no atraviesa por su mejor momento tras caer cerca de un 40% en el último año. Recientemente, la compañía anunciaba que cerraría las oficinas que tiene en los aeropuertos alemanes a partir de 2020 ya que los clientes apuestan por los servicios online y ya no acuden a las oficinas, lo que obligará a recolocar a los 130 empleados afectados.
Las aerolíneas también son otras de las beneficiadas, pese a que en bolsa no lo hayan reflejado. ¿El motivo? La compañía británica contaba con su propia aerolínea, Thomas Cook Airlines, que tenía 100 aeronaves y transportaba alrededor de 20 millones de pasajeros al año. Compañías como IAG, Easy Jet, Ryanair o Norwegian ven como, con la quiebra de la británica, pierden un ‘rival’ más en el sector. No obstante, la primera caía un 1,48% en el Ibex y la noruega ligeramente por encima del 2%.
En el lado opuesto, y claramente perjudicada, estaría Amadeus. La empresa británica utilizaba los sistemas informáticos de la compañía española, de ahí que sufriera este lunes un castigo del 3,71%. La firma dirigida por Luis Maroto proporciona su tecnología y soluciones de distribución para la industria de viajes y contaba con Thomas Cook como uno de sus clientes.
Las hoteleras también se verán perjudicadas de la caída de Thomas Cook. De hecho, Meliá Hotels, que caía un 0,69% este lunes en bolsa, emitía un comunicado en el que señalaba que «tendrá un importante impacto en la distribución de las plazas aéreas en el corto plazo«, aunque confía en que ésta se podrá reordenar en pocos meses. No obstante, la incertidumbre reinará durante las próximas semanas tanto para ellos como para la otra hotelera cotizada, NH Hoteles.
Por último; Aena también se verá damnificada, como ya descontaba el mercado tras caer un 1,28% en el Ibex 35. La gestora de aeropuertos de nuestro país dejará de recibir (parte) de los cinco millones de pasajeros de las aerolíneas de Thomas Cook, como eran los que transportaban bajo TC Scandinav, TC Airlines y Condor.
Sergio Ávila, analista de IG, ha señalado que «la mayor beneficiada es su principal rival Tui, luego también se benefician las aerolíneas como Easy Jet, Ryanair o Norwegian ya que Thomas Cook es también aerolínea y se pierde un competidor potente. Las que peor paradas salen son Aena, Amadeus y los hoteles, debido a que esto paraliza la llegada de nuevos viajeros, con el aumento de cancelaciones que habrá».
Juan José Fernández-Figares, director de Análisis de Link Securities, ha señalado a raíz de la quiebra de Thomas Cook que «es un toque de atención, aunque el caso sea muy particular. El sector del ocio es muy dependiente del ciclo económico y si este se enfría lo termina notando. Además, en Europa el Brexit, dependiendo de cómo se produzca finalmente, puede ser un factor distorsionador y de riesgo para todo el sector al ser los británicos unos grandes ‘consumidores’ de este tipo de servicios. No obstante, la primera reacción de las compañías del sector perece que es positiva, ya que los inversores piensan que estas compañías pueden salir beneficiadas por la quiebra de un competidor». Aun así, difiere de la reacción del mercado al afirmar que «no tengo tan claro que vaya a ser así».