El aeropuerto de Pekín, ampliado hace 11 años, se ha quedado pequeño, por lo que se ha inaugurado una nueva infraestructura con siete pistas (una de ellas militar) y una terminal con 700.000 metros cuadrados.
Para hacerse una idea de sus dimensiones, es como si se juntaran 97 campos de fútbol, pero con la forma de una estrella de mar de seis puntas. El aeropuerto internacional de Daxing (PKX) ha contado con un presupuesto de 80.000 millones de yuanes (10.200 millones de euros) y el objetivo de sus responsables es tenerlo operativo para el próximo 1 de octubre, día en que se conmemora el 70 aniversario de la fundación de la República Popular China.
Diseñado por la arquitecta anglo-iraquí Zaha Hadid, fallecida dos años después del inicio de las obras en 2014, en su construcción intervinieron más de 40.000 obreros. El aeropuerto de Daxing servirá a 72 millones de pasajeros al año hasta 2025. A partir de esa fecha, cuando estén operativas todas sus pistas y por él pasen más de cien de millones de personas anualmente, se ha propuesto desbancar al aeropuerto Hartsfield-Jackson de Atlanta, el más transitado del mundo.
Durante las dos próximas décadas, y según informa la Prensa oficial, en China se construirán más de 200 aeropuertos para que en 2035 haya, en total, 450. Para Pekín, el de Daxing será, en realidad, su tercer aeropuerto, pues ya cuenta con el aeropuerto internacional de la capital (PEK), que dispone de tres terminales, y el pequeño aeródromo doméstico de Nanyuan, el más antiguo de China, abierto en 1910. Tras más de un siglo de vida, cerrará sus puertas cuando el aeropuerto de Daxing empiece a estar operativo el 1 de octubre.
Desde esta nueva infraestructura operarán vuelos aerolíneas como China Southern, China Eastern, Delta, Korean Air y Air France-KLM. Con su apertura, los pasajeros chinos esperan que alivie el tráfico del actual aeropuerto, el segundo más transitado del mundo, y acabe con sus retrasos.