Finalmente el FBI hizo públicos los resultados de sus investigaciones sobre la muerte de varios turistas estadounidenses en sus vacaciones en República Dominicana.
Llena de satisfacción que su veredicto coincide fielmente con los resultados de los estudios realizados en el país. Los turistas murieron por causas naturales, como se afirmó desde el principio.
La campaña contra el país, inducida o no, planeada o no, financiada o no… ha traído graves consecuencias económicas. Las reservas hoteleras cayeron fuertemente y todavía no se han recuperado, aunque esta noticia quizá ayude a remontar la temporada de fin de año.
Quizá la experiencia ayude a mirar el sector con otros ojos. No solo los hoteleros viven del turismo. El país ha dejado de recibir más de 200 millones de dólares, los suplidores han visto caer sus negocios, el transporte…
Una buena noticia para la hotelería nacional, que deberá ahora encontrar en el sector público el apoyo necesario para recuperar la imagen dañada de un destino que venía creciendo con fuerza.
Y que lo ocurrido sea pronto solo un mal recuerdo.