Nos satisface saber y conocer que el Departamento de Estados de los Estados Unidos ha confirmado que los turistas de ese país que murieron en la República Dominicana fue por causas naturales y no por ningunas otras razones.
Ese informe, apoyado en investigaciones de la prestigiosa agencia FBI coincide con los detalles aportados por las investigaciones de las autoridades dominicanas en esa misma dirección.
Los hechos en cuestionamiento provocaron un inusitado revuelo que impacto negativamente el auge del turismo y las consecuentes perdidas de reservas lo que fue aprovechado por los enemigos, tanto internos como externos de esa exitosa actividad en la República Dominicana.
Ese funesto pasaje constituye una interesante experiencia que nos deja una enseñanza que tenemos y debemos de aprovechar para prevenir y corregir cosas ahora y en lo sucesivo saber que tenemos que estar preparados para reaccionar rápidamente y evitar un eventual colapso en el sector.
El Ministerio de Turismo así como los ejecutivos de las diferentes instituciones públicas y privadas que inciden en el sector deben estar alerta y vigilante para cuidar, proteger y blindar esta dinámica industria turística que tenemos en la República Dominicana que constituye un certero puntal del desarrollo nacional.