La familia Trump Puso a la venta, por 500 millones de dólares, el hotel Trump International de Washington.
Finalmente, el presidente de Estados Unidos admito que el hotel supone un problema para la Casa Blanca y para los propios republicanos tras las críticas recibidas por supuesta corrupción y conflicto de interés.
El hotel ha estado desde el primer momento en el centro de las acusaciones de corrupción contra Trump.
Y es que, a diferencia de otros presidentes, Donald Trump se negó a deshacerse de sus negocios privados antes de sentarse en el despacho oval (cedió el control a sus hijos) y hasta ahora se había resistido a aceptar que fuera un problema ser propietario de un hotel de cinco estrellas a dos manzanas de la Casa Blanca.
A un año de las próximas elecciones, con el presidente amenazado de impeachment, los Trump han cambiado de planes, según publica La Vanguardia.
La Organización Trump contrató los servicios de una consultora inmobiliaria para vender sus derechos de explotación del hotel, instalado en el antiguo edificio de Correos, con 121 años de antigüedad.
El contrato de explotación estipula que pueden traspasarlo pasados tres años de apertura, que se cumplieron exactamente ayer.
“Hay gente que tiene objeciones a que hagamos tanto dinero con el hotel y por tanto podemos estar dispuestos a vender”, anunció Eric Trump.
La decisión se produce sólo una semana después de que el presidente Trump diera marcha atrás en su decisión de organizar el próximo G-7 en un hotel de su propiedad en Miami, el National Doral.
El detonante de su embarazosa marcha atrás fue el hartazgo de los republicanos, que le avisaron de que no podían defenderle en tantos frentes a la vez.
Los últimos documentos disponibles indican que el año pasado el hotel ingresó 41 millones de dólares, 400.000 más que el año anterior, pero se desconocen los costes operativos. Organizaciones ciudadanas de control del Gobierno documentan y denuncian cada estancia, cada acto que a su juicio indica que Trump puede estar violando la cláusula de emolumentos de la Constitución, que prohíbe que el presidente de Estados Unidos reciba pagos o regalos de países extranjeros.