Sudán es el país del mundo con más pirámides. Aunque de menor tamaño, se estima que tiene unas 255, prácticamente el doble de las que hay en Egipto, pero apenas atrajo a unos 700.000 turistas el año pasado, por los 10 millones de personas que visitaron en 2018 a sus vecinos del norte.
La mayor parte de ellas se encuentran en la región de Nubia, donde antiguamente existía el Reino de Kush, en el lugar donde una vez existió la ciudad de Meroe.
Pocos conocen el tesoro que esconde Sudán, ya que se trata de un destino poco turístico. El país ha vivido tres décadas con continuas crisis y conflictos bajo el mandato de Omar Hasán Ahmad al Bashir. Sin embargo, el dictador renunció a su cargo el pasado mes de abril obligado por el ejército tras las numerosas manifestaciones callejeras.
Ahora, el gobierno civil de transición está haciendo esfuerzos para atraer a más visitantes.
Hasta ahora para conseguir una visa era necesario la realización de numerosos trámites burocráticos y el nuevo gobierno ha tomado medidas para flexibilizar el proceso, lo cual ya se ha empezado a notar en los meses recientes con un aumento del número de visitantes.
En Sudán esperan que con el final del régimen se acabe con el aislamiento y la hiperinflación que ha soportado el país y llegar a los 1.200.000 de turistas en 2021.