En un futuro no muy lejano se podrán conocer las novedades de la moda en un escaparate virtual, recibir información de un edificio histórico solo con pararse frente a él o reservar una mesa en un restaurante sin llamar por teléfono ni ingresar en la web del comercio. De eso (y mucho más) se trata el turismo inmersivo, una de las consecuencias de la tecnología 5G.
La quinta generación de tecnología de teléfono móvil es mucho más que recibir datos o descargar aplicaciones más rápidamente. “Cambiará la forma en que nos relacionamos con el mundo”, dijo Montse Cereza, directora territorial de Relaciones Institucionales de Orange.
Esta tecnología puede implicar una revolución en el consumo de información, en campos que se extienden desde el turismo a la construcción, pasando por las operaciones quirúrgicas a los datos recolectados por el internet de las cosas en los electrodomésticos.
Con la tecnología 5G es posible recibir información de las características históricas o la arquitectura de un edificio solo con pasar frente a su puerta
Eduard Martín, consejero delegado de la organización público-privada 5G Barcelona precisó que esta innovación se irá desarrollando entre el 2021 y el 2025, en donde se expandirán las aplicaciones de realidad virtual, visualizaciones en 360 grados, o aplicaciones con inteligencia artificial.
El turismo fue el conejillo de Indias de los alcances de esta tecnología en una prueba piloto realizada en Barcelona.
Con unas gafas especiales Magic Leap se pudo ver cómo el turismo inmersivo llega de la mano de la realidad extendida. Esta es la unión entre la realidad virtual y la aumentada, en la que las interacciones se realizan con un sensor especial, como si fuera una especie de puntero láser.
Cuando el usuario mira hacia La Pedrera, por ejemplo, señala con su puntero virtual y se despliegan ante sus ojos las opciones: reservar una visita, ver un video o leer algún apunte histórico.
Enfrente, en la tienda Santa Eulàlia, es posible conocer el catálogo de la nueva temporada y, con un par de clicks virtuales, comprar alguna prenda.
En los hoteles se puede realizar una reserva o ver el interior del restaurante sin entrar en él; o en alguna entidad de promoción se despliegan los atractivos para ver en Barcelona o alrededores.
Estos contenidos fueron desarrollados por Mediapro, empresa que además del campo audiovisual también se expande a sectores como las experiencias inmersivas, los eSports (deportes virtuales) y las producciones transmediáticas.
Pero su evolución también crecerá más allá de las fronteras y alcanzará tanto al entretenimiento de los aviones, donde las pantallas dejarán paso a gafas de realidad virtual, o a los cruceros, en donde los pasajeros ya realizan pagos o buscan a su pareja o hijo en el barco gracias a una pulsera inteligente.
Seguramente ahora nadie se atrevería a caminar por el Paseo de Gràcia con unas gafas integradas con auriculares, y estar señalando al vacío con un sensor.
Pero la idea es que además de la evolución del 5G también haya un desarrollo de nuevos dispositivos.
Además de la red 5G hay empresas que buscan nuevas formas de recibir información que vaya más allá del teléfono móvil
Actualmente esta información se puede recibir desde el móvil, pero el objetivo es que en pocos años haya nuevas tecnologías para interactuar con el 5G, como pulseras o relojes inteligentes, sensores en la ropa, o gafas más discretas, similares a las de sol.
“Esta tecnología no se centra solo en dispositivos móviles, es necesario que se desarrollen nuevos productos; y una vez que el mercado esté más maduro, lanzar el despliegue” del 5G, indicó Cereza.
En este futuro tan cercano la idea es que el usuario pueda decidir cuándo quiere conocer más sobre ese monumento que está mirando, consultar el menú de un restaurante sin necesidad de que un camarero agobie con las ofertas, conocer cuál es el bus ideal para atravesar la ciudad antes de llegar a la parada o contratar una excursión minutos antes de que el grupo inicie su recorrido.
Es una revolución en la información que está dando sus primeros pasos, donde no existirá la demora en la transmisión de los datos. Quizás haya quien piense que esto creará una mayor dependencia del móvil que en la actualidad. Es posible. Pero la llegada de nuevos dispositivos hará que sus presencia sea cada vez más anecdótica.