La compra de Air Europa por parte de Iberia ha suscitado dudas entre los consumidores y asociaciones acerca de las rutas que copará IAG, un ejemplo de esto son los vuelos entre Madrid y Santo Domingo que quedan ahora monopolizados por el gigante aéreo.
Esta realidad no deja de atemorizar al mercado dominicano, pues los consumidores recuerdan la pesadilla que vivieron cuando Iberia dejó de operar a Santo Domingo y Air Europa tenía el dominio en sus manos.
La salida de Iberia del mercado dominicano en abril de 2013, constituyó un duro revés para los consumidores, debido a que la cúpula de Air Europa manejó en ese momento las tarifas a su antojo, tanto así que el Gobierno dominicano tuvo que intervenir ante la alarmante situación que generó el incremento del boleto.
Ahora parece que las cosas serán distintas, el presidente de Iberia, Luis Gallego, ha lanzado un mensaje tranquilizador y ha asegurado que la adquisición no conllevará un incremento en los precios.
El presidente de la aerolínea del grupo IAG manifestó que la adquisición de Air Europa “es beneficiosa para el consumidor” porque gracias a ella podrá ofrecer “más rutas, mejores horarios y mejores precios”.
Luis Gallego afirmó que su equipo ha hecho todos los análisis pertinentes antes de firmar la compra y que esos mismos le permite asegurar que será positiva para los clientes.
Una afirmación que contrasta con la opinión que tienen algunas asociaciones de consumidores respecto al tema en España. Facua, por ejemplo, consideró desde un primer momento que esta operación sería negativa para los intereses de los usuarios porque “supondrá un nuevo e importante recorte a la competencia”, aseguró.
Con tal motivo, pedía a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) que tuviese en cuenta los intereses de los clientes al valorar la propuesta y emitir un veredicto.
Sin embargo, ya no es solo que asegure que este incremento no se llevará a cabo, sino que aunque quisiese hacerlo no podría porque las autoridades de Competencia podrían vetar la operación o forzar a IAG a ceder algunas de las rutas a sus competidores, ya que con la compra acapararía el 72% de los pasajeros de vuelos nacionales.