Por: Manuel Suarez
El 2019 será siempre recordado por los actores de la industria turística dominicana, esto así porque fue precisamente a mitad de este año cuando el turismo local sufrió uno de los ataques más feroces de las últimas décadas: el descrédito internacional. No solamente se dañó la buena reputación de la industria, sino que además se frenó el crecimiento alcanzado en el primer semestre que apuntaba a que el 2019 reportaría cifra récord en las llegadas.
Fue así como una campaña mediática llena de especulaciones y hechos sacados de contextos, terminó arruinando un buen año para el turismo de RD, y por ende se impactó de forma negativa el dinamismo económico que gira en torno a la gran cadena productiva que representa el turismo para el país.
¿Por qué pudo dañar tanto al sector el ruido mediático? Esa es una interrogante que de seguro estuvo y estará en la cabeza de los líderes turísticos del país. Esta situación, aunque adversa al desarrollo del sector, deja como positivo la enseñanza de que cuando se trata de la imagen turística, nada se puede subestimar ni dejarse que se propague, tal como ocurrió con las versiones que terminaron golpeando la ocupación hotelera, y que llevará meses en revertir.
El país aprendió la lección: no pueden las autoridades dormirse en los laureles. Lo que comenzó como una simple insinuación, terminó convirtiendose en una bola de nieve de mentiras perversas, pero que estuvieron bien dirigidas a dañar el principal destino turístico dominicano.
A pesar de los ataques al turismo, hasta septiembre de este año RD reportó la llegada de 5.8 millones de turistas, aunque menor flujo que en igual periodo de 2018, la cifra es significativa cuando se toma en consideración la embestida que sufrió la industria.