En un momento en que somos más conscientes que nunca de nuestra relación con los animales y con el planeta, ¿puede haber un turismo con animales que sea responsable? En Sudáfrica creen que sí.
El turismo de vida salvaje y la conservación es la base de la industria turística de Sudáfrica. Los organismos turísticos de este país africano y los empresarios del sector, unidos la Asociación de Servicios Turísticos de África Austral (SATSA), están volcados en que el visitante conozca, de una manera responsable, aquellos lugares donde todavía pueden acceder y conectarse.
La última iniciativa de los empresarios turísticos del África Austral es la publicación de una guía que explora las interacciones entre humanos y animales. La publicación está llamada a ser una herramienta de referencia para los organismos turísticos, los operadores y los visitantes en las diferentes situaciones con animales.
SATSA, que representa al sector privado turístico de la región, se embarcó en una iniciativa de investigación integral para desarrollar una visión a largo plazo para la industria turística de Sudáfrica sobre las interacciones de los animales en el turismo.
Por ello ha elaborado un manual que define algunas de las mejores prácticas y que tiene como objetivo de una manera correcta. El estudio, llevado a cabo durante doce meses, transmite los hallazgos y recomendaciones sobre varios temas, así como sobre la protección y conservación del entorno animal.
Por un lado, hace referencia a los animales que actúan (todo tipo de animales, incluyendo elefantes, depredadores, primates, cetáceos, aves, reptiles, etc. Por otro, la guía da las pautas a la hora de interactuar con crías de animales salvajes (por ejemplo, caricias de cachorros).
El manual también hace referencia a las interacciones y el contacto con depredadores o cetáceos (cualquier interacción con depredadores terrestres o mamíferos acuáticos) así como caminar con depredadores o elefantes o montar animales (incluyendo sentarse en elefantes, avestruces, etc).
El parque transfronterizo de Kgalagadi es el mayor atractivo del turismo sudafricano para ver animales salvajes. Se trata de un gran espacio protegido de 38.000 kilómetros cuadrados que abarca territorios de Sudáfrica y Botsuana.
En sus dunas de arena roja es posible ver leopardos, leones o guepardos, y también descubrir la hiena manchada o marrón, el chacal de lomo negro y el gato africano. El Kgalagadi es fácil de visitar, porque se puede hacer en coche particular, sin necesidad de guía ni de vehículo todoterreno.