La relevancia del turismo se pone de manifiesto al representar un 10% del PIB a nivel mundial, y un 11,8% en España, generando asimismo un 13% de los empleos totales en nuestro país y un 10% de los empleos en el mundo.
Además, como decía hace ya 50 años un pionero y fundador de mi empresa, el turismo supera fronteras, abre mentes y hermana naciones, y es, por lo tanto, una importante herramienta de progreso y paz. Así lo entienden también las nuevas generaciones, que, tanto en los países desarrollados como en las sociedades emergentes viajan cada vez más: y, según la Organización Mundial del Turismo (OMT), las llegadas de turistas internacionales continuarán incrementándose a un ritmo del 4% anual.
Es por ello que para un país de la UE como es España, con una economía altamente dependiente del turismo y con varios archipiélagos, uno de ellos ultraperiférico, no puede permitirse renunciar ni ser desacreditado por los efectos asociados al transporte y los viajes. De hecho, tanto en España como en el resto del mundo, los retos -en este caso climáticos- deben abordarse, apostando por nuevas conductas y modelos que faciliten «crecimientos sostenibles».
Sin embargo, y al hilo de la reciente cumbre COP25 de Madrid, vemos que movimientos como «Flygskam» (vergüenza a volar), impulsados por la joven sueca Greta Thunberg, desplazándose a Madrid en catamarán, (aunque para ello otras dos personas tuvieran que volar de Mónaco a Nueva York para traer el barco a Europa) apuntan hacia el turismo y los desplazamientos turísticos, fundamentalmente aéreos, como responsables muy destacados del cambio climático.
Me gustaría por ello puntualizar en primer lugar que el transporte aéreo, imprescindible para que los turistas lleguen a una buena parte de destinos españoles y sobre todo las islas, representa tan solo un 2% del total de emisiones, mientras el resto de los métodos de transporte contribuyen con un 10% del total. En esa línea, igualmente hay que destacar que el subsector aéreo ha evolucionado mucho en la reducción de sus emisiones, con aeronaves de última generación hasta un 35% más eficientes, y que podrían serlo aún más, en cuanto se implante por los diversos gobiernos una gestión más eficiente del espacio y del tráfico aéreo europeo.
Pero, además, quisiera destacar la trayectoria de la industria turística en su conjunto en favor de la sostenibilidad y la mayor contribución social del turismo, un camino por el que tanto la OMT como últimamente desde Exceltur estamos abogando. Si además nos fijamos en las empresas turísticas españolas, la COP25 ha puesto de manifiesto que estamos a la cabeza de programas de recuperación de los mares, la biodiversidad, la aplicación de blockchain medioambiental, la eliminación del plástico y la utilización de energías limpias. E, incluso, una compañía hotelera ha sido reconocida por la agencia de inversión sostenible SAM como la más sostenible a nivel internacional, una distinción que reconfirma lo mucho que las empresas turísticas españolas podemos demostrar, también en este ámbito, al resto del mundo.
El turismo tiene muchas razones para ser más sostenible y más valorizado por las sociedades locales ya que nuestro éxito está vinculado a los diversos destinos, a su belleza, climatología, seguridad, capacidad de acogida ciudadana, etc. y porque, evidentemente, nuestro impacto, positivo o puntualmente negativo, sobre las sociedades locales es muy importante. Además, los millones de clientes que cada año recibimos alojamos, damos de comer, etc. nos confieren una gran capacidad de influencia y sensibilización positiva, para abrazar al máximo las políticas de sostenibilidad y concienciarnos y difundir mejor los efectos arrastre que nuestro sector induce sobre la capacidad productiva y generación de empleo del tejido socio empresarial más próximo.
Por todo ello, por los hoy crecientes retos del cambio climático que vamos conociendo debemos seguir trabajando para ser cada vez más sostenibles, evitando al mismo tiempo ser demonizados por campañas como «Flygskam» que pecan de una parcialidad inaceptable cuando se habla de algo tan serio como el cambio climático, o de saturación turística en aquellos casos puntuales donde se superan los límites de carga, que deben tenerse en cuenta en las nuevas políticas, modelos de gestión y gobernanza de los destinos turísticos.
En el ámbito del cambio climático, los compromisos de reducción de emisiones no pueden afectar tan solo a algunos países o subsectores, son responsabilidad de todo el tejido productivo y no sólo del sector del transporte, y mucho menos el turístico. Una demagogia medioambiental no ayudará al planeta, lo hará un esfuerzo científico, mancomunado y riguroso de los gobiernos y las empresas privadas afrontando los problemas globales de nuestro entorno y sus causas, sumado a la concienciación de la ciudadanía y a un consenso universal sobre las soluciones.
Es por todo ello y teniendo en cuenta los diversos desafíos de carácter ambiental y de obligada extensión del bienestar social que conlleva un turismo sostenible, que Exceltur quiere redoblar sus esfuerzos procurando un mejor conocimiento y soluciones consensuadas de los impactos del turismo en España, sobre el territorio y la sociedad en general, de cara a elevar la competitividad diferencial y la reputación del sector en España.
De ahí que, ante unos retos tan actuales, hemos diseñado el programa del X Foro Exceltur que el próximo 21 de enero (víspera de Fitur) celebraremos en Ifema en Madrid bajo el lema «Creando valor, construyendo futuro». En el mismo debatiremos sobre los mitos y retos que se atisban para nuestro sector, repasando las tendencias que marcarán el devenir más inmediato y aspectos clave como la gobernanza y modelos de gestión más responsables para empresas y destinos españoles, ante el nuevo ciclo que se abre, sujeto a una creciente competencia global.
Como presidente de Exceltur, quiero sugerirles que asistan a este Foro, que reunirá en Madrid a los máximos responsables de las diversas instituciones públicas y de la empresa, a todas las personas vinculadas con el turismo o interesadas en el papel que esta industria debe jugar en la economía y la sociedad del siglo XXI.
Gabriel Escarrer Jaume es presidente de Exceltur y vicepresidente y consejero delegado de Meliá Hotels