Parece que fue ayer, pero la anécdota describe de alguna manera una época en la que el turismo de masas aún no había llegado a la adolescencia. En 1981, cuando se celebró la primera edición de la Feria Internacional de Turismo, vinieron a España treinta y ocho millones de personas, la gran mayoría en busca de sol, playa y ambiente nocturno, pero el sector, sus organizaciones, las ferias, las revistas… estaban en pañales. Hace unos días, en Ifema, los miembros del comité organizador que cada año presentan Fitur a la prensa celebraban el 40 aniversario de este buque insignia de Ifema. «Se ha convertido -dijeron- en una de las ferias más importantes del mundo y, sin duda, la más importante de Latinoamérica, exponente de España como el país más competitivo del mundo en turismo».Era el verano de 1974, siete años antes de que naciera Fitur. Tras acabar las clases en la Universidad, Javier Jayme -escritor, aventurero y colaborador de este suplemento- y dos de sus hermanos decidieron viajar a Noruega. Hoy, destino de éxito; entonces, un país perfectamente desconocido en España. No había oficina de turismo, ni encontraron viajes programados. Jayme fue a la embajada, y el funcionario que le atendió le miró sorprendido. No entendía muy bien porqué un español quería viajar a su país. Como documentación, le dio un libro de fotografías con los pies en inglés. Entre aquellas imágenes descubrió una roca que parecía un púlpito. Compraron los billetes de avión, y allí se fueron. Una vez en Stavanger, los Jayme empezaron a preguntar por el Púlpito (Preikestolen), pero nadie pudo decirles exactamente dónde estaba. No lo encontraron. Tampoco vieron a ningún turista, salvo a dos españoles en una convención de boy scouts.

En estos cuarenta años, Fitur y la industria turística han crecido en paralelo. De las bolsas llenas de folletos que los visitantes acumulaban a la salida en el maletero del coche a las reuniones de negocios, los contratos concretos. Del sol y playa («Spain is different!» fue el primer gran eslogan turístico, creado en 1960) a la especialización, y recientemente, a esa palabra mágica que de repente está detrás de cada comunicado de una gran empresa: sostenibilidad. De las 1.500 empresas del primer año a las 11.000 de esta edición. De los 3.000 visitantes profesionales que pasaron por el Pabellón de Cristal de la Casa de Campo en 1981, con una discreta presencia de la industria española, a los 150.000 que pisarán la moqueta de Ifema este año. Y de los 38 millones de turistas que cruzaron nuestras fronteras aquel año a los 83 de 2019.

Fitur celebra cuarenta años de éxito, más allá de las salidas y entradas de algunos países, de casi una década de crisis, de los conflictos internacionales y del cambio en la forma de relacionarnos y de hacer negocios, tras la irrupción de internet. De hecho, que esta sea la edición más grande de la historia de la feria prueba que el contacto personal aún es clave a la hora de firmar un contrato, a pesar de Skype, de WhatsApp, de las app, el móvil y el mail… Durante cinco días de enero, un año más, Madrid será una pequeña torre de Babel donde cada pueblo, ciudad o país del mundo intentará mostrar lo mejor de sí mismo. Para España, Fitur es un escaparate de lo mejor de una industria que mueve el 14,6% del Producto Interior Bruto. Un tesoro que hay que cuidar y preservar.

1981-1990
Nace Fitur. Aquel año hubo 154 expositores titulares, 1.500 empresas, 37 países y 3.000 visitantes profesionales.

En 1980 se constituyó el Consejo de Turismo de la CEOE y de la patronal de hoteleros, ZONTUR. En 1984 se creó el organismo que años más tarde (1990) se bautizaría como Turespaña. En 1988, declaran el Camino de Santiago el Primer Itinerario Cultural Europeo. En 1981 visitaron España 38 millones de turistas.

1990-2000
En la edición de 1990 de Fitur ya se contabilizan 364 expositores titulares, 3.257 empresas, 134 países y 30.032 visitantes profesionales. En 1992, la feria se celebra en el nuevo recinto ferial de Ifema. En 1994 se crea Fitur Activo. Y en 2000, Fitur Congresos. Al final de la década, en 2000, hubo 702 expositores titulares, 7.933 empresas, 170 países y 71.331 visitantes profesionales.

En 1995 se firma el Tratado de Schengen y se suprimen controles aduaneros en siete países de la UE. En 1996 se incorporan a la Universidad los Estudios Oficiales de Turismo. En 1998, España recibe 40 millones de llegadas internacionales. En 2000 se aprueba el Plan Integral de Calidad del Turismo Español y se constituye el Instituto para la Calidad Turística Española (ICTE).

2001-2010
En 2001 se registraron 612 expositores titulares, 8.296 empresas, 170 países y 84.923 visitantes profesionales. En estos años se crea Fitur Green y se celebra el I Foro Investour. En 2010 los visitantes profesionales fueron ya 124.644.

En 2002 se crea la Alianza para la Excelencia Turística, Exceltur. La OMT se transforma en un organismo especializado de la ONU. Y España supera las 55 millones de llegadas, segundo puesto mundial por entradas e ingresos.

2011-2020
En 2011 hubo 646 expositores titulares; en 2020 serán 910. En cuanto a las empresas han pasado de 10.434 a 11.040. La edición de 2020 batirá el récord de metros cuadrados: 69.697. En esta década han nacido nuevas áreas de especialización: LGBT, Salud, Festivales, Cine, Mice, Talento y espacios para la tecnología y la innovación.

La OMT declaró 2017 el Año Internacional del Turismo Sostenible. En 2019 visitaron España 83 millones de turistas.