La última ambición en terreno aeronáutico es ecológica y lleva sello español. Se trata de un avión capaz de viajar desde Londres a Nueva York en dos horas y media con 250 pasajeros a bordo, más que cualquier otro prototipo supersónico.
Los asientos integrarían tecnología puntera para garantizar un viaje a la altura de los VIP. Los viajeros se acomodarán en dos plantas, la superior reservada a quienes optasen por un billete «bussines» mientras que en la inferior viajará la clase «turista». Bajo los pasajeros se trasladará el equipaje en una espaciosa bodega.
La propuesta del diseñador industrial y gráfico Óscar Viñals despierta gran expectación y, como toda idea innovadora, las filas de seguidores y detractores engorda a medida que su proyecto coge fuerza. Las críticas de los escépticos que ponen en duda la viabilidad del proyecto se centran tanto en el sistema de propulsión como en la aerodinámica de la nave.
Viñals, sin embargo, confía en su propuesta. Cree que tarde o temprano alguna aerolínea cogerá el testigo del Concorde y apostará por fabricar un avión civil que pueda viajar a la velocidad del sonido.
El Flash Falcon es ecológico, está diseñado para volar con energía libre de carbono con un motor supersónico inspirado en un reactor de fusión acompañado por otros seis motores eléctricos.
La velocidad máxima de este avión alcanzaría los 3.700 km/h o lo que es lo mismo, la velocidad de Mach 3.
Una de sus características más atractivas es la posibilidad de ejecutar un despegue y aterrizaje en vertical, lo que facilitaría mucho tanto los aterrizajes de emergencia como las maniobras en los aeropuertos.
Recreación de los viajes de Elon Musk – Space X
Elon Musk se está volcando en Starfish, un proyecto que lleva detrás una ingente inversión de capital y un plan sólido: la idea del magnate tecnológico es crear diferentes puntos de despegue y aterrizaje en el mundo, trasladar a los pasajeros a una plataforma de despegue situada en el mar, desde allí se lanzaría su nave hasta la baja órbita terrestre (LEO) en pocos segundos.
Desde esa zona privilegiada se realizaría el descenso hasta un aterrizaje controlado en zonas habilitadas. El vehículo en el que trabaja es similar al Space X y los tiempos que maneja Musk son inferiores a los que plantea el español: el trayecto de Londres a Nueva York se hará en 29 minutos y los viajes a cualquier parte del mundo durarán menos de 60 minutos.
Otro proyecto con mucho peso en el mercado es Aerion, un concept por el que apuestan las empresas con más experiencia en el sector: GE Aviation está diseñando su motor, Honeywell construye su cubierta de vuelo y Boeing se encarga de la ingeniería.
La Universidad de Atlanta apoya a la compañía norteamericana Hermeus, que trabaja en un vehículo de este tipo que realice el mismo trayecto en 90 minutos. El pasado mes de marzo anunciaron que ya tienen toda la financiación que necesitan para terminarlo gracias a la confianza de Khosla Ventures.
Cuando una de la compañías alumbre al avión supersónico soñado, eso sí, verá a su promesa operar en itinerarios muy limitados, únicamente podrá cubrir los trayectos Londres-Nueva York, San Francisco-Tokio y Seattle-Shanghai dado que el grueso de los países prohibió a este tipo de aeronaves sobrevolar su espacio aéreo.