Si hay un sector que está acusando el coronavirus ese es el turístico. El motor de la economía española tiembla con la epidemia y ya sufre las consecuencias. Según las cifras que manejan los hoteleros y las agencias de viajes, en las últimas semanas se han acelerado el número de cancelaciones y las reservas para esta Semana Santa han descendido ya un 20% por culpa del virus. En el caso de las agencias de viajes, la asociación UNAV cifra en un 50% la caída de ventas desde que comenzó la crisis del coronavirus. A eso hay que añadirle las cancelaciones de distintas ferias y congresos, que suponen otra vía de importantes ingresos para el sector. Un duro golpe a un sector que en los últimos años sufre la desaceleración por la creciente competencia de países del Mediterráneo y la inestabilidad política y económica, tanto nacional como mundial.
El crecimiento del PIB turístico, que representa casi del 12% del global, se ha ido reduciendo estos años, hasta el punto de que en 2018 creció por debajo de la economía española por primera vez desde la crisis económica. Según explican los analistas de Afi, hay dos posibles escenarios con el impacto del coronavirus. El menos agresivo implicaría que el PIB trístico caiga un 1,2%. Este cálculo supondría que el PIB nacional se resentiría en 2020 una décima solamente por el turismo.
Los analistas financieros explican que este retroceso se debería sobre todo los descensos que se producirían en el número de turistas internacionales que llegan a nuestro país y en el gasto turístico. Esta caída de la llegada de turistas no sería por la menor afluencia de italianos y chinos, los dos países más afectados por el coronavirus, ya que ambos no tienen un gran peso en esta estadística. El problema vendría por un parón en los flujos turísticos general que terminara afectando a la venida de turistas británicos, alemanes, nórdicos y franceses, nuestros mayores visitantes.
De esta manera, se calcula que la llegada de turistas caiga un 5% en 2020, hasta los 74,28 millones de turistas. Un descenso muy significativo, toda vez que la llegada de turistas lleva batiendo récords desde 2013. De hecho, sería la primera vez que el turismo en España disminuye desde la crisis. Esto también repercutiría en el gasto turístico, el dato de mayor importancia para el sector, que caería un 1,5% con respecto a 2019.
Estas estimaciones serían en el escenario menos alarmante, ya que de empeorar la situación los efectos sobre el turismo podrían ser mucho peores. Así, en el peor de los casos la llegada de turistas podría desplomarse hasta el 9% y el gasto un 4%. En ese caso, el PIB turístico caería un 3,1%, restando al PIB nacional entre 3 y 4 décimas.
Este impacto en la llegada de turistas podría dañar gravemente al empleo. Según el centro de formación profesional CEAC, a corto plazo el efecto del coronavirus «sí afectará y se retrasarán las nuevas contrataciones hasta ver su impacto real y si su afectación se reduce con la llegada del buen tiempo», explican. En un principio, el objetivo era llegar a las 1,3 millones de contrataciones durante el periodo de abril a septiembre, pero la epidemia puede provocar un retroceso.
Ante este panorama, los hoteleros tratan de apostar por el turismo nacional, que representa gran parte de los ingresos. Así lo confirma a ABC Sara Padrosa, directora regional de España de la empresa tecnológica turística SiteMinder. «Nosotros le decimos a los hoteleros que aprovechen todas las oportunidades de reservas que tengan y una de ellas es el turismo interno», explica.