La aerolínea francesa Air Tahiti Nui realizó 15.715 kilómetros desde Papeete, en Tahití, Polinesia Francesa, hasta el aeropuerto Charles de Gaulle de París. Ese récord tiene una explicación: las restricciones de viaje de los EE. UU, que prohibió los vuelos procedentes de Europa.La industria de la aviación está siendo una de las más perjudicadas por la crisis del coronavirus.
Basta con ver la evolución en Bolsa de las grandes aerolíneas, o con echar una ojeada a aeropuertos vacíos, vuelos cancelados y espacios aéreos cerrados o a punto de ser cerrados. En este contexto, el pasado 14 de marzo se produjo un hecho curioso: un nuevo récord mundial de la aviación, el vuelo de pasajeros más largo que se haya programado por distancia.
¿Por qué? La ruta operada por esta compañía implicaba siempre una escala en el aeropuerto de Los Angeles. Pero cuando un avión hace escala en Estados Unidos, los pasajeros tienen que bajar y pasar por la aduana. Las restricciones actuales hicieron que esta parte del viaje fuera insostenible, por lo que el Boeing 787-9 simplemente continuó.
En un comunicado oficial, Air Tahiti Nui asegura: «El vuelo TN64 del domingo 15 de marzo partió de Papeete a las 3:00 a.m. y operaba sin escalas a Paris-CDG. El tiempo de vuelo fue de 15 horas y 30 minutos, cubriendo 9,765 millas náuticas, superando el servicio Singapore Airlines Newark- Singapur de 9,534 millas.» Curiosamente, a este vuelo de Air Tahiti Nui se le considera doméstico porque Tahití es territorio de ultramar de Francia.
El vuelo comercial más largo del mundo en términos de distancia recorrida.
En efecto, como dice la nota de la compañía aérea, el vuelo de este Boeing 787-9 Dreamliner matrícula F-OTOA superó el récord anterior de Singapore Airlines, entre Singapur y Newark, que cubre una distancia de 15.343 kilómetros.
En realidad, Air Tahiti Nui ha sumado tres nuevos récords a su historial, el vuelo más largo del mundo, el vuelo más largo con un Dreamliner y el vuelo doméstico más largo del mundo.
La aerolínea australiana Qantas estableció a finales de 2019 un récord de más distancia, pero en aquel caso era un vuelo experimental, sin pasajeros que hubieran comprado su billete, con científicos que valoraban los efectos sobre el ser humano de tantas horas en un avión. Formaba parte del Proyecto Sunrise que pretende establecer una línea regular sin escalas entre Londres y Sydney.