El sector turístico, cuya actividad ya es prácticamente inexistente en España por la crisis sanitaria del coronavirus y la declaración del estado de alarma, ha empeorado aún más sus perspectivas, de manera que las pérdidas de ingresos estimadas se sitúan ya en 54.733 millones de euros, frente a los 39.000 millones que había proyectado hace apenas dos semanas. La Alianza para la excelencia turística (Exceltur) retrasa la recuperación del turismo hasta finales de septiembre o principios de octubre, con una expectativa de que los meses de abril, mayo y una parte de junio queden en blanco.
Por tanto, la industria turística da así por segura la pérdida de una tercera parte (-32,4%) de la producción que preveía para 2020, fijada en 158.000 millones de euros. «En el escenario más optimista pensamos que a partir de mediados de junio empezará a haber algo de movimiento», explica el vicepresidente ejecutivo de Exceltur, José Luis Zoreda, porque lo que «ya tenemos claro abunda-, es que no va a haber un rebote rápido». La curva de la recuperación ya no será perpendicular, sino que «cada día que transcurre se están inclinando más», señala.
«Se ha aplanado la curva de la recuperación por el confinamiento que reduce la capacidad turística de los españoles», subraya Zoreda, que alude igualmente a los efectos del coronavirus tanto en la economía doméstica y en su capacidad de gasto como en los países terceros. En este punto, «la reputación de España ya es homologable a la Italia», lo que afectará a la llegada de turistas extranjeros. Pero al mismo tiempo, la crisis sanitaria también puede provocar que cuando en España el virus esté más controlado, «a lo mejor, de según qué países, los que no queremos que vengan somos nosotros».
Exceltur, basándose en las proyecciones de organismos como la Universidad Politécnica de Valencia, apunta a que el pico de infecciones y defunciones se alcanzará en España en torno al 20 de mayo. A partir de ese momento, considera que «probablemente pasarán unas semanas (3-4) hasta que empiecen a recuperarse las
decisiones de viaje, con una vuelta a la normalidad lenta y paulatina».
Además, la demanda experimentará previsiblemente una recuperación a dos velocidades: una más rápida de los viajes de proximidad y en vehículos particulares, básicamente de la demanda nacional, y elementos de la oferta turística de tamaño limitado; y otra más lenta en los viajes con desplazamiento en transporte compartido (tren o avión, fundamentalmente) tanto de demanda nacional (Islas) como internacional, o alojamientos colectivos.
De los 54.733 millones que estima la organización turística que dejará de ingresar el sector, 39.138 millones corresponden a la actividad directa y 15.595 millones a la indirecta. Por Comunidades Autónomas, Cataluña será la más afectada en términos absolutos, con un recorte de 10.881 millones, seguida de Andalucía, con 8.963 millones, Comunidad Valencia, 6.730 millones, Comunidad de Madrid, con 6.383 millones, Balerares, con 6.076 millones, y Canarias, con 4.718 millones. En porcentaje, Baleares rebajará su cifra de negocio un 40,8%, por delante de Cataluña, 34%, Comunidad Valencia, 33,6%, Andalucía, 32,5%, Comunidad de Madrid, 27,9%, y Canarias, 25,9%.
En términos de empleo Exceltur es más prudente, si bien admite que se perderán cientos de miles de puestos de trabajo. En el sector apuntan a que la cifra podría alcanzar los 800.000 empleados afectados por los ajustes.
Todas las previsiones están supeditadas a «cuánto más estemos confinados» y a la mitigación del virus, porque de ello dependerá «el tiempo psicológico necesario para que volvamos a viajar». Todo ello «nos llevará como mínimo a tres meses», advierte el ejecutivo de Exceltur. Una evidencia que constata estas perspectivas es que son ya varias las aerolíneas que no empezarán a operar hasta junio o julio. «Si no hay líneas aéreas todo lo demás seguirá parado», lamenta.
El miedo a viajar
Para Zoreda, «el confinamiento y el grado de liberación de las medidas administrativas condicionará a su vez el grado de movilidad de los extranjeros». «Los menos hipocondríacos a lo mejor nos animamos a viajar un fin de semana, pero no serán todos los españoles y extranjeros, que tardarán hasta que se les quite el miedo a contagiarse».
Las instituciones españolas e internacionales ya estiman que la recuperación de la economía española no será en forma de «V» sino de «U», aunque no para el sector turístico. El consenso generalizado, alerta Exceltur, es que será la industria de la economía que más sufrirá y más tardará en recuperarse en el tiempo, sobre todo el componente de demanda externa.
Así, el Producto Interior Bruto de España (PIB) podría caer el 5,5% en 2020, frente al crecimiento del 1,7% estimado al inicio de año. De ese descenso, el turismo explicaría el 46,8%.
La industrial del turismo reclama al Gobierno medidas adicionales:
-Posponer los pagos de cuotas de seguridad social y de todo tipo de impuestos y del primer y segundo trimestre del año.
-Facilitar la mayor liquidez empresarial; ampliando la cuantía de la línea de avales a nivel del gobierno central y autonómicos, hasta el 80% de los créditos para las empresas, elevando la cantidad hoy situada en 20.000 millones a como mínimo los 200.000 millones de euros anunciados originalmente, asegurando una línea específica para subsectores turísticos.
-Incorporar en la legislación al consumidor final, que las eventuales devoluciones de los importes de viajes (billetes de transporte, reservas de alojamiento, paquetes turísticos, etc.), se sustituyan por bonos canjeables al recuperarse la normalidad, ayudando así a capear las tensiones de liquidez de todos los operadores turísticos finales y no solo los de los servicios intermediados por agencias de viajes
-Garantizar la capacidad de gestión de los ERTES, agilizándolos vía declaración jurada, ampliando los plazos a los escenarios previsibles de caída de la demanda y adaptando las garantías posteriores de empleo de 6 meses, a las condiciones regidas por la estacionalidad de algunos subsectores/destinos.
-Abogar por un gran plan de reconstrucción paneuropeo, que complemente en clave fiscal y presupuestaria, los recursos del BCE y con una trasposición prioritaria en España de apoyo al turismo.