Desde hace más de dos semanas, muchos museos e instituciones patrimoniales, aunque estén físicamente cerrados, siguen activos gracias a herramientas digitales como las páginas webs, las apps o las redes sociales. Estas instituciones están haciendo un gran trabajo de adaptación a la realidad impuesta por el confinamiento, utilizando muchas veces el humor para conectar con un público amplio. Por lo tanto, el turismo cultural se puede practicar de forma desmaterializada a través de iniciativas educativas o lúdicas. Os presentamos algunas estrategias que han surgido, o que se han potenciado, en este nuevo contexto.
Desde hace varios años, se pueden explorar las colecciones digitales de museos como el Museu Nacional d’Art de Catalunya[MC1], el British Museum y muchos más. Asimismo, distintas instituciones y equipamientos ofrecen tours virtuales: es el caso del Louvre, la Capilla Sixtina, la Pinacoteca di Brera, el Metropolitan Museum (que lo ofrece en 360° con una tecnología inmersiva). A través de Google Arts and Culture se puede, por ejemplo, visitar el Natural History Museum de Londres, uno de los 1.000 museos representados en esta plataforma. También el Art Projector de Google nos permite visualizar una obra de arte en 3D en nuestra casa. ¿Quién no ha soñado en tener un Van Gogh o un Frida Kahlo en su salón? Con las instituciones cerradas, se han producido algunas visitas insólitas, como lo ha demostrado The Shedd Aquarium de Chicago: ¡sus pingüinos aprovecharon la cuarentena para explorar el edificio!
Las exposiciones virtuales, también ofrecidas a través de la plataforma Google Arts and Culture, se muestran como una opción perfecta para mantener la distancia social. De la misma manera, algunos museos, como el Museu d’Història de Catalunya o las Galerías de los Oficios en Florencia, realizan exposiciones en línea. Podemos también realizar una visita virtual de un pasado remoto con el proyecto Tarraco 360 (URV/ICAC). En Italia, la emergencia sanitaria ha acelerado la creación de un proyecto del Castello di Rivoli llamado Cosmo Digitale, un espacio digital para exponer obras de arte especialmente concebidas para este canal de difusión. Las aplicaciones, como Visitmuseu, que agrupa los museos de Cataluña, son otras vías para acercarse a la oferta patrimonial y cultural. El Museo Egipcio de Barcelona, por ejemplo, ha puesto a disposición su aplicación Audioguide con el código YoMeQuedoEnCasa, incluyendo una visita virtual, contenidos y juegos.
Para disfrutar de manera activa de estas visitas y exposiciones virtuales, se han creado propuestas de learning-by-doing como el grupo de sketchnote hanghout. Esta comunidad se encuentra de manera virtual durante una hora para hacer notas y dibujos que comparten entre ellos y de los cuales reciben comentarios por parte de los dinamizadores [MC2][G3]sobre un lugar mantenido como sorpresa hasta el último momento.Conocer las colecciones de la mano de los profesionalesPara conocer mejor las colecciones de los museos, algunos ya hacen presentaciones a través de su web o de las redes sociales con una etiqueta que incluye el nombre del museo y la expresión “from home” en cada idioma. Por ejemplo, en la cuenta de Instagram del Museo del Prado, cada mañana se comenta en directo una obra del museo. El Rijksmuseum, en su sección especial Rijksmuseum From Home, propone videos de los curadores que comparten historias sobre su obra favorita del museo. El museo Guggenheim de Bilbao también creó la sección especial #GuggenheimBilbaoLive, donde los profesionales del museo enseñan las obras de arte desde una perspectiva muy personal. El IVAM de Valencia, a través de su campaña #IVAMdesdecasa, propone también una serie de conferencias divulgativas de parte de los conservadores sobre las tendencias en arte en el canal del museo en YouTube, llamado IVAM parla d’art. El Museo Triennale de Milano instauró el proyecto Decameron en Instagram para invitar a artistas, intelectuales, arquitectos, escritores, cantantes, etc. a compartir ideas y pensamientos en estos tiempos de confinamiento, cada día a las 17h.Los cuadros en confinamientoEl arte, como reflejo de nuestra sociedad, también sufre las consecuencias del coronavirus: José Manuel Ballester y David Bokeh vaciaron algunos cuadros famosos de sus personajes, como los de El Bosque, Caravaggio, David Caspar Friedrich… El estudio de arquitectura Poa Estudio, por su parte, ha creado la propuesta Coronarte, donde han cubierto los personajes de obras maestras de la historia de arte de mascarillas.Algunas propuestas lúdicas en las redes socialesLos museos catalanes se han juntado para ofrecer un Museum Quizz a casa para adultos o familias, donde a partir de las 18h se pueden responder en 20 segundos algunas preguntas durante el periodo de confinamiento. La Casa Vicens, de Barcelona, con #QuédateEnCasaVicens, comparte a través de un juego de pasapalabra en Instagram stories diferentes datos sobre Gaudí y la Casa Vicens. Otros museos como el Akron Art Museum proponen resolver un puzle, dando pistas cada domingo a través de #MuseumatHome. Desde el Ashmolean Museum, con la etiqueta #IsolationCreations, animan al público a crear música, dibujos o bailes inspirados en su colección.Pero un reto que se ha hecho muy popular en Instagram desde el 14 de marzo es el #tussenkunstenquarantaine, iniciativa neerlandesa que consiste en reproducir una obra de arte con al menos tres objetos de casa, con su vertiente #artathomechallenge. Aunque, como Omer Pesquer lo destaca en su newsletter Muzeodrome, ya existía algo parecido antes de la crisis del coronavirus (como el VanGoYourself), pero el confinamiento ha propulsado esta iniciativa a todos tipos de pinturas. En Cataluña, los profesores de historia del arte Maria Garganté y Manel Trenchs animan a personas de todas las edades a participar en este reto y así aprender sobre el arte con su sitio web QuedAR’T a casa. ¿Alguien se atreve a participar?En la especialidad de gestión turística del patrimonio cultural y natural del Máster de innovación en la gestión turística CETT-UB, se estudian estas alternativas innovadoras que, en confinamiento o no, demuestran que las visitas culturales no se limitan al espacio físico y que es posible alcanzar un público variado a través de propuestas tanto educativas como lúdicas.