La actividad turística en el Caribe se contraería un 25 % y el valor de sus exportaciones disminuiría entre 3.8 % y un 9.3 %, en un escenario moderado y otro extremo, respectivamente, producto del impacto del coronavirus (COVID-19) en la región
Las proyecciones fueron realizadas la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), que estima que el volumen de las exportaciones de los países del Caribe se contraería entre un 0.4 % y un 2 %.
Sin embargo, en su informe “La Agenda 2030 para el desarrollo sostenible en el nuevo contexto mundial y regional” la Cepal indica que el valor de las exportaciones del Caribe y México se reducirían menos que el promedio de Latinoamérica debido a su menor exposición a los precios de las materias prima.
“Los efectos de la crisis deteriorarán los ya débiles pronósticos para el comercio exterior de la región. El resultado del ejercicio indica que el valor de las exportaciones de la región (latinoamericana) en 2020 disminuiría entre un 4.6 % (escenario moderado) y 10.7 % (escenario extremo)”, destaca el informe.
“En el supuesto que de los efectos de la pandemia se concentren en el segundo trimestre de 2020 y resulten en prohibiciones de viaje o decisiones personales de no viajar durante tres meses, la actividad turística en esos países se contraería un 25 %”, precisa.
Reducción de la pobreza
En su informe “La Agenda 2030 para el desarrollo sostenible en el nuevo contexto mundial y regional”, la Cepal prevé en un posible escenario, en que el crecimiento anual del producto interno bruto (PIB) per cápita alcance el 1 % anual y no se produzcan cambios en la concentración del ingreso, la incidencia de la pobreza regional alcanzaría el 8.9 % en 2030, cifra muy por encima de la meta del 3 % para la pobreza extrema.
Según las simulaciones realizadas, incluso, un crecimiento anual del ingreso per cápita del 3 % y una baja en la desigualdad en la distribución del ingreso del 1.5 % por año hasta 2030 sería insuficiente para que la región cumpliera la meta, agrega la Comisión.
“Como estimación preliminar, con base en un supuesto de fuerte deterioro de los ingresos del 5 % de la población económicamente activa, cabría esperar que la pobreza extrema de la región llegue al 13.3 % en 2020. De ser así, un crecimiento anual del PIB per cápita del 5 % hasta 2030 y una reducción del índice de Gini del 1.5 % por año (en este caso, a partir de 2021) apenas reducirían la pobreza extrema a un 5.7%, y no se cumpliría la meta planteada”, advierte.
La Cepal sostiene que para lograr una incidencia de la pobreza extrema inferior al 3 % sería necesario un crecimiento anual del PIB per cápita del 5 % y una reducción del índice de Gini del 1.5% por año.
Puntualiza que de mantenerse las tendencias actuales no será posible que la región en su conjunto cumpla con la meta “y alcanzarla resultará todavía más difícil, teniendo en cuenta las consecuencias de la pandemia en curso”.
El informe dice que es imperativo, además de defender el empleo, hacer hincapié en el crecimiento de los ingresos de los hogares de menores recursos mediante políticas redistributivas más activas y una mejor inserción laboral y productiva de los más pobres.