La Asociación de Constructores Europeos de Automóviles (ACEA) se ha posicionado «completamente en contra» de cualquier intención de mezclar combustible de aviación con diésel de transporte por carretera, para así acabar con las existencias de combustible para aviones debido a la disminución del número de vuelos.
Los fabricantes europeos de automóviles han explicado que el combustible para aviones tiene un mayor contenido de azufre que el diésel de carretera, por lo que un mal uso podría afectar al motor de los coches.
«El uso de un diésel mezclado con combustible para aviones no estaría cubierto por las garantías del vehículo, por lo que las consecuencias serían pagadas por los proveedores y conductores con posibles arreglos de cientos de euros», ha sentenciado ACEA.
Por otro lado, la organización ha señalado que «simpatiza» con la opción de que algunos países permitan la venta de gasolina de grado invernal más allá del 1 de mayo, la fecha en la que se comienza a comercializar la gasolina de verano en países con temperaturas más cálidas (para el resto, el cambio se realiza el 1 de junio), debido al stock acumulado en las áreas de servicio por el coronavirus.
Todo esto debido a que la gasolina no es la misma en verano que en invierno, ya que las altas o bajas temperaturas hacen que el petróleo tenga que ser mezclado con mayores o menores cantidades de componentes para su correcto funcionamiento en un vehículo.
Sin embargo, ACEA ha advertido de que el uso de gasolina de invierno a medida que aumentan las temperaturas puede llevar a los conductores a ver algunos problemas operativos en sus vehículos. «Los fabricantes no pueden ser considerados responsables», ha subrayado.
Aún así, la asociación europea se ha mostrado partidaria de vender esta gasolina durante cierto periodo de tiempo para acabar con el stock y «simpatizarse» con los refinadores y proveedores de combustible.