El Coronavirus, al cambiar la manera de socialización, ha modificado, también, los modos de celebrar las liturgias de todos los cultos del mundo. Cristianos, judíos, musulmanes, hindúes, budistas, se ven privados de concurrir a los templos a adorar a su Dios, según la fe que profesen les indica.
Para el caso del judeo-cristianismo, el templo es la casa de reunión del pueblo que adora a Dios. Es el centro y culmen de la fe; la fe judeo-cristiana es comunitaria, no es un fe individualista. El Dios de Israel elige un “pueblo”, el Pueblo elegido, es decir un conjunto de personas que caminarán unidas por el desierto y juntos atravesarán el Mar Rojo, guiados por Moisés. Y juntos llegarán a la Tierra prometida. Luego con el paso del tiempo se construirá un Templo en Jerusalén que será la morada de Dios, y en cada pueblo o ciudad un “lugar de Reunión” el cual en griego se llamará Συναγωγή, traducido al español como “Sinagoga” y en hebreo בית כנסת (Beit Knesset), Casa de la asamblea. Pero todo remite a un lugar de Reunión.
Los cristianos, al ser un escisión del tronco del judaísmo (vale la pena recordar que Jesús era Judío, concurría a la sinagoga y al Templo de Jerusalén como buen practicante y sus discípulos también) crearon su propio espacio de reunión común, a la comenzaron a llamar “Asambleas” en griego εκκλησία “Ekklesia” que pasó al latín como “Ecclesia” y al castellano como Iglesia. Ahora bien, la misma palabra escrita con mayúscula o minúscula, posee dos significados diferentes, con minúscula “iglesia” se hace referencia al “domus Ecclesiae” es decir a la Casa de Reunión, en cambio con mayúscula “Iglesia” hace referencia a la gente que concurre al “domus” es decir a los fieles.
Habiendo explicado en muy pocas líneas y resumidamente el concepto de la importancia de los lugares del culto para el Judeo-cristianismo, veremos cómo se desarrolla hoy este concepto en medio de la pandemia del Coronavirus.
Es algo inédito para las religiones en no poder reunirse en “Iglesia” o en “Sinagoga” y sobre todo para celebrar las fiestas de las Fiestas que significa para los judíos y cristianos el Pesaj o la Pascua. Ambas celebraciones festejan el “Paso”, sea de la esclavitud de Egipto, sea de las cadenas de la muerte. Para los judíos es celebrar la liberación del pueblo de Israel de la mano del Faraón, y para los cristianos es la Resurrección de Jesús. Pero este año, no habrá “reunión” para celebrar todos juntos en manera cercana sino remota.
Los clérigos de ambas religiones han tenido que rever su teología o “eclesiología” de lo que significa el término participar… y no es fácil, no hay antecedentes en la historia. Aún en las peores guerras, las más inhumanas, los templos cristianos de todas denominaciones, sirvieron de lugar de aliento y muchas veces de refugio para los miembros de un pueblo o ciudad y siempre sus ministros celebraron sus ritos, aun con los templos en ruinas. Al igual que los ritos sinagogales, se celebraban en forma clandestina, pero se juntaban para hacerlo en lugares predeterminados. Hoy no, nadie se puede reunir, no habrá contacto físico.
La Fe y las pandemias siempre estuvieron relacionadas. La Peste Negra, que asoló Europa entre 1348 y 1351 y mató a 500 millones de personas, tuvo lugar durante el pontificado de Clemente VI, que sentenció que la pandemia era una “pestilencia con la que Dios está castigando a sus gentes”. Como curiosidad, valga decir que durante el primero de los veranos que sucedió la peste, este Papa pasaba las horas sentado entre dos fuegos que no se apagaban jamás. Quizás no conociera la razón, pero el calor hizo que las pulgas de las ratas, que ocasionaban la enfermedad, se mantuvieran alejadas de él. El Papa, así, sobrevivió.
No sólo se ocupó de mantenerse al calor. También condenó por fanáticos y llamó “herejes” a los flagelantes, personas que recorrían poblados europeos dándose azotes por la enfermedad.
Aquí en la Argentina, el brote de cólera que asoló la ciudad de Buenos Aires en los años 1867 y 1868 fue transmitido por el “vibrio cholerae” que llegaba por medio del consumo de aguas contaminadas de los pozos que había para beber en dicha metrópoli. En la ciudad de Buenos Aires, murieron aproximadamente 3.000 personas, y en la Provincia de Buenos Aires, unas 15.000. El Cólera llegará hasta las provincias de Córdoba, Santa Fe, San Juan, San Luis, Catamarca y Santiago del Estero.
Esta enfermedad no respetó categorías sociales, debido a ella murió hasta el vicepresidente de la república, Marcos Paz, en 1868, que estaba a cargo del gobierno ya que Mitre se encontraba en la guerra del Paraguay. Esto creó un desastre político en un país que recién se estaba configurando.
Luego sobrevino la Fiebre amarilla en 1871, y causó aproximadamente 14.000 muertes en la ciudad de Buenos Aires, casi el 8% de sus habitantes. Y comenzó por la zona más acomodada y lujosa de la Ciudad, el Barrio Sur, hoy San Telmo. También tuvo sus muertos ilustres: abogado José Roque Pérez y los médicos Manuel Argerich y Francisco Muñiz.
El eje social de la Ciudad cambió para siempre, las gentes de clase media alta huyeron al pueblo de Belgrano (todavía el Barrio de Belgrano era un pueblo lejano de la Ciudad de Buenos aires) y la clase alta marchó rumbo al poblado de San Isidro. Ambas, al huir, abandonaron sus palacetes de estilo italianizante del Barrio Sur. Mas luego, con la gran inmigración se convirtieron en “conventillos”.
Al colapsar los dos cementerios de la ciudad el del norte (Recoleta) y el del Sur (hoy parque Florentino Ameghino) se expropiaron las tierras que pertenecían a la “chacrita de los colegiales” para usar como lugar de entierro de las víctimas de la epidemia, dado que se encontraba muy lejos del casco urbano de aquella época.
El primer cementerio se ubica donde hoy está el Parque “los Andes” en Chacarita y luego se traslada unos metros más atrás, donde está hoy. La capilla de la Chacra se hallaba donde hoy está ubicado el imponente (y abandonado, lamentablemente) panteón de la Sociedad española de Socorros mutuos
Pero la Iglesia Católica no quedó aparte de estas epidemias… dado que los brotes se dieron donde se encuentra el eje religioso de la ciudad de Buenos Aires, La Manzana de las Luces con la iglesia de la Compañía, San Francisco con el convento de los franciscanos, Santo Domingo con el convento de los dominicos, Nuestra Señora de Belén, parroquia de San Telmo, San Miguel y el monasterio de la monjas clarisas, la Inmaculada; la santa Casa de Ejercicios, el monasterio de San José de las hermanas carmelitas, todos lo religiosos pusieron sus conventos y templo como “lazaretos” de las epidemias.
Recordemos que no había muchos médicos y casi siempre las “enfermeras” era religiosas o “Beatas” que se dedicaban a la labor de dar un mano en los incipientes hospitales.
Pero a pesar de la muy buena voluntad de los religiosos,religiosas y beatas con constantes rogativas y misas la pandemia proseguía y también cobraba sus víctimas entre estos hombres y mujeres que atendían a los enfermos abandonados por sus familias (muchas de prosapia)
En la Santa casa de ejercicios espirituales, convertida en “lazareto” morirán 15 beatas (las cuales no era Religiosas como se conocen hoy día, sino “laicas consagradas”) a punto tal que la Municipalidad le otorgará a perpetuidad, unas parcelas en el nuevo Cementerio de la “chacrita de los colegiales” en reconocimiento a su labor humanitaria en estas contingencias, el cual está ubicado , hasta el día de hoy, en la sección de tierra del cementerio, sepulturas de la 1 a la 25, tablón 1, manzana 7 letra F sección 3 según decreto del Honorable concejo deliberante de la ciudad de Buenos Aires, número 14 del año 1886
Como dijimos la epidemia se extendió y también tomó el barrio sur, la parroquia del Socorro de Buenos Aires. Allí vivía la familia de Don Eusebio Rolón y de María Gutiérrez. Uno de los miembros de esta familia, Camila Corina, de solo 25 años, oyó los gritos de aquellas personas que habían sido abandonadas por sus familiares y amigos y armándose de gran coraje y por la fe que practicaba con gran fervor, salió a socorrerlos con lo que podía, sin temor al contagio. Su abnegada tarea fue reconocida por el Municipio de la Ciudad de Buenos Aires entregándole una medalla. Esa joven de gran espíritu de caridad fundó una congregación Religiosa: Las Hermanas pobres Bonaerenses de San José y hoy ella fue declarada “Venerable Sierva de Dios” por el Papa
Como vemos, las epidemias en nuestra región no fueron nuevas, cobraron muchísimas vidas y muchos personajes ilustres cayeron a causa de su filantropismo y su tarea en atención a los que más lo necesitaban, también muchos anónimos entregaron denodadamente su vida al servicio de los demás. Pero nunca, en 2000 años de cristianismo, una pandemia obligó a que las misas se hagan sin la presencia del pueblo. Esta Semana Santa será la excepción.
Para los Cristianos, la Pascua es la Resurrección; el Día de entre los Días, los templos se llenan de fieles, se entonan cánticos de alegría, las campanas tocan al vuelo antes durante y después del oficio, anunciando a todos que Cristo Resucitó, todo brilla, todo está iluminado, lleno de flores y de alegría, recibirán la muy deseada “Comunión Pascual” y al salir del templo se saludaran a los besos y abrazos todos los que participaron, conocidos o desconocidos diciendo “Feliz Pascua” o si son Griegos dirán “Christos Anesti” o si son de lengua eslava se darán tres besos y proclamaran: “Khristos voskres”.
Pero este año no. No habrá nada de eso. Nadie saludará al concluir el oficio en la puerta de los templos. No habrá gente dándose abrazos y besos a perfectos desconocidos que estarán unidos por la misma fe. No, no lo habrá.
Todos estaremos en casa, con la familia, será la primera vez en la historia que la “Iglesia doméstica” celebrara su Pascua a puertas cerradas.
El Vaticano dio claras instrucciones generales a las conferencia episcopales de cada región y estas las adaptaran a sus tradiciones. Pero nadie estará en los templos. Las ceremonias serán transmitidas por la Red o por la televisión. Y muchas más simples en gestos litúrgicos, resumidas a lo elemental. Lo mismo hicieron las principales confesiones Cristianas: Luteranos, Anglicanos, Calvinistas, Metodistas, Nuevos Apostólicos, etc…
Quizás los judíos y cristianos, por primera vez en muchos siglos deberemos vivir el Pesaj y la Pascua como nuestros primeros comunes padres en Egipto. En casa con nuestras familias o amigos con los cuales compartimos nuestra cuarentena, comeremos la comida pascual y mantendremos la puerta cerrada. Y el ángel exterminador al ver la puerta cerrada y ya no pintada “con la sangre del cordero” sino en cuarentena, pasará de largo, y si Dios permite, todos podremos el año próximo volver a llenar las sinagogas y las iglesias para saludarnos, porque fuimos liberados de la opresión y de las cadenas de la muerte.
Por dónde se pueden ver las misas y el Vía Crucis
Del 9 al 12 de abril EWTN, Vatican News u Orbe21 transmitirá una programación especial de las actividades que presidirá el Papa Francisco por Semana Santa en el Vaticano. En esta ocasión y a causa de la epidemia del coronavirus, las celebraciones se harán sin presencia de fieles.
Aquí los horarios de transmisión por país.
Jueves 9 de abril
Misa de la Cena del Señor
• Guatemala / Costa Rica / El Salvador / Nicaragua / Honduras: 10:00 a.m.
• Ciudad de México / Colombia / Perú / Ecuador / Panamá: 11:00 a.m.
• Venezuela/ Bolivia / Chile / República Dominicana / Puerto Rico / Paraguay: 12:00 p.m. (mediodía).
• Brasil / Argentina : 1:00 p.m.
• Estados Unidos (Este): 12:00 p.m. (mediodía).
• Estados Unidos (Pacífico): 8:00 a.m.
Viernes 10 de abril
Celebración de la Pasión de Nuestro Señor
• Guatemala / Costa Rica / El Salvador / Nicaragua / Honduras: 9:00 a.m.
• Ciudad de México / Colombia / Perú / Ecuador / Panamá: 10:00 a.m.
• Venezuela/ Bolivia / República Dominicana / Puerto Rico / Paraguay / Chile: 11:00 a.m.
• Brasil / Argentina: 12:00 p.m.
• Estados Unidos (Este): 11:00 a.m.
• Estados Unidos (Pacífico): 7:00 a.m.
Vía Crucis
• Guatemala / Costa Rica / El Salvador / Nicaragua / Honduras: 1:15 p.m.
• Ciudad de México / Colombia / Perú / Ecuador / Panamá: 2:15 p.m.
• Venezuela/ Bolivia / República Dominicana / Puerto Rico / Paraguay / Chile: 3:15 p.m.
• Brasil / Argentina: 4:15 p.m.
• Estados Unidos (Este): 3:15 p.m.
• Estados Unidos (Pacífico): 11:15 a.m.
Sábado 11 de abril
Vigilia Pascual
• Guatemala / Costa Rica / El Salvador / Nicaragua / Honduras: 12:30 p.m.
• Ciudad de México / Colombia / Perú / Ecuador / Panamá: 1:30 p.m.
• Venezuela/ Bolivia / República Dominicana / Puerto Rico / Paraguay / Chile: 2:30 p.m.
• Brasil / Argentina: 3:30 p.m.
• Estados Unidos (Este): 2:30 p.m.
• Estados Unidos (Pacífico): 10:30 a.m.
Domingo 12 de abril
Misa de Domingo de Pascua de resurrección
• Guatemala / Costa Rica / El Salvador / Nicaragua / Honduras: 2:00 a.m.
• Ciudad de México / Colombia / Perú / Ecuador / Panamá: 3:00 a.m.
• Venezuela/ Bolivia / República Dominicana / Puerto Rico / Paraguay / Chile: 4:00 a.m.
• Brasil / Argentina: 5:00 a.m.
• Estados Unidos (Este): 4:00 a.m.
• Estados Unidos (Pacífico): 00:00 (medianoche).
Bendición Urbi et Orbi
• Guatemala / Costa Rica / El Salvador / Nicaragua / Honduras: 4:00 a.m.
• Ciudad de México / Colombia / Perú / Ecuador / Panamá: 5:00 a.m.
• Venezuela/ Bolivia / República Dominicana / Puerto Rico / Paraguay / Chile: 6:00 a.m.
• Brasil / Argentina: 7:00 a.m.
• Estados Unidos (Este): 6:00 a.m.
• Estados Unidos (Pacífico): 2:00 a.m.
El Vía Crucis no se llevará a cabo, como es costumbre, en el Coliseo Romano, sino en la Plaza de San Pedro. Y todas las misas que celebre el Papa Francisco serán en la basílica de San Pedro, pero no en el Altar de la Confesión (el Central), sino en el Altar de la Cátedra (ubicado al fondo)
Asimismo, la Conferencia Episcopal Argentina informó cómo será la Semana Santa en Buenos Aires
Por cablevisión digital (canal 427), TDA (canal 21.2), streaming, Telecentro digital (canal 709) y Directv (canal 351):
Santa Misa de la Cena del Señor:
Jueves 20:00 hrs
Celebración de la Pasión del Señor:
Viernes 19:30 hrs
Via Crucis:
Viernes 21 hrs
Vigilia Pascual:
Sábado 21:30 hrs