En Canarias solo el buen tiempo nos recuerda que es Semana Santa, porque el resto nos lleva a pensar en una isla desierta. Hasta los muebles, cubiertos en los hoteles para que el paso de los días no dejen huella, parecen algo fantasmagórico. Mismo silencio en las casas rurales asturianas. Nos encontramos en la Semana Santa más negra para el turismo de la historia de España. Ya se hacen cálculos de una caída de un 32% del turismo en 2020.- Redacción-