Las empresas del sector turístico deben hacer los preparativos para afrontar “una economía de guerra” que podría prolongarse durante los próximos 12 meses debido a la crisis del coronavirus, según ha advertido José Antonio Fernández de Alarcón, abogado, socio director y fundador del gabinete Monlex. “Es mejor ver la situación actual no como un temporal, sino como una travesía del desierto. Por lo tanto, hay que seguir andando. Y esto implica tomar decisiones de tipo legal. No tomarlas no es una opción”, explicó este experto, durante un webinar organizado ayer por Monlex y HOSTELTUR, que pueden ver completo al final de este artículo.
Y es que la crisis del coronavirus, que ha vaciado España de turistas, ha provocado un tremendo agujero en las finanzas de miles de empresas. Sin que todavía se sepa a ciencia cierta cuándo y cómo se reactivará la demanda de viajes, los vuelos…
Por todo ello, “en el tema laboral, es fundamental poner en marcha los ERTE por fuerza mayor para el sector turístico. Son casi automáticos, una vez presentados”, apuntó José Antonio Fernández de Alarcón.
Cabe recordar que los ERTE permiten que trabajadores puedan cobrar del paro mientras dure la causa de fuerza mayor y numerosas empresas de la industria turística española se han acogido ya a esta opción.
Según explicó este experto, desde diferentes ámbitos de la administración y el mundo empresarial “se está trabajando para que en el sector hotelero y turístico la causa de fuerza mayor pueda extenderse más allá de la vigencia del decreto de alarma, en vigor hasta el 26 de abril”
Ahora bien, el socio director del gabinete Monlex remarcó que las empresas turísticas deben comenzar a planificar ya la siguiente fase: los ERTE por causas objetivas.
“Este tipo de ERTE, que seguirán a los de fuerza mayor, requieren por la legislación vigente una negociación previa con los representantes de trabajadores”.
Y en las circunstancias actuales, el consejo de Fernández de Alarcón a las empresas turísticas es claro: “Hay que comenzar dichas negociaciones con los trabajadores ya”.
Probablemente la administración permitirá agilizar los trámites de los ERTE por causas objetivas, explicó este experto.
“Los ERTE por causa objetiva son el plan B. Cuando acaben los de fuerza mayor, vendrán estos”, insistió el socio director de Monlex
Por ejemplo, se han reducido a la mitad los plazos de tiempo para negociar con los trabajadores. “También se prevén modificaciones para este tipo de ERTE por circunstancias en la producción”, añadió.
En cualquier caso, teniendo en cuenta que “muy probablemente los hoteles no van a estar llenos de gente el primer día que reabran sus puertas, hay que ir preparando ya estos nuevos ERTE del plan B. Hay que tenerlos listos, aunque las empresas no los presenten aún y esperen a que venza el plazo de la fuerza mayor”.
Cabe recordar que la recuperación del sector turístico en los mercados europeos, una vez la crisis sanitaria del coronavirus sea controlada, se producirá en tres fases, según un análisis basado en búsquedas de vuelos. De este modo, primero se recuperarán los viajes domésticos, luego los regionales y finalmente los internacionales de larga distancia.
Planificar la empresa para la travesía del desierto no solo afectará a las cuestiones laborales, sino también a cómo la empresa debe hacer frente a diferentes pagos en un momento en que sus ingresos han caído a cero.
“Hay aspectos del ámbito civil que deben tomarse en consideración: contratos de arrendamiento de hoteles, pago de la luz… Todo esto debe analizarse y es más que probable que deba adoptarse una estrategia de economía de guerra para los próximos meses”, comentó Fernández de Alarcón.
Mónica Julve y José Antonio Fernández de Alarcón, ayer durante el webinar organizado por Monlex y Hosteltur.
“Debe hacerse esta previsión, o tendremos problemas serios para la supervivencia de las empresas”
Por dicho motivo, dijo Fernández de Alarcón, “plantearía una economía de guerra a 12 meses. Aunque luego se puedan ir relajando ciertas medidas, veamos algo de turismo doméstico, los hoteles vayan reabriendo de manera progresiva, etc., hay que prever una situación a largo plazo”.
Por todo ello, indicó, “es absolutamente necesario revisar los contratos. Esto es un derecho que tiene la empresa cuando las circunstancias son imprevisibles y se rompen equilibrios de cuando se firmaron los contratos”.
Desde el punto de vista jurídico, la crisis del coronavirus da pie a la llamada “teoría de la frustración del contrato”. Esto permite a las empresas renegociar las condiciones que tuviera estipuladas con proveedores y socios, “pero hay que hacerlo correctamente”.
Con una premisa: “Cuanta menos carga tengamos durante la travesía del desierto, mejor”.
Además de las cuestiones laborales y de la renegociación de contratos, un tercer campo de batalla para este período tan complicado es la liquidez de las empresas. Es decir, que las empresas dispongan de efectivo.
“Hay que gestionar la liquidez necesaria para sobrevivir en la economía del desierto”. Y dado que varias administraciones han activado líneas de ayuda específicas, ”recomiendo a las empresas que activen a sus asesores fiscales, que les requerirán mucha documentación”.
La crisis del coronavirus ha provocado un gran parón en la actividad turística mundial. Foto: Anna Shevets / Pexels
La segunda parte del webinar organizado por Monlex y HOSTELTUR se centró en resolver dudas legales que han planteado decenas de empresas turísticas durante las últimas semanas. Pueden ver el vídeo completo del webinar al final de este artículo.
Por ejemplo, cuestiones relacionadas con cancelaciones de viajes y de reservas, pagos a proveedores durante el estado de alarma, etc.
Mónica Julve, abogada especializada en Derecho turístico, aclaró dudas al respecto durante su intervención, tal como podemos ver en el vídeo que acompaña este artículo.
A lo largo de su intervención, Julve hizo referencia en varias ocasiones al marco legal establecido por la Ley de Consumidores de Usuarios y la Ley de Viajes Combinados, así como las implicaciones que supone una fuerza mayor.
Por ejemplo, una agencia de viajes que trabajaba con escuelas e institutos se ha encontrado con una cancelación masiva de viajes que estaban ya contratados y con pagos avanzados a los hoteles. Y los padres han exigido la devolución del dinero.
«Debido a la avalancha de cancelaciones de viajes a nivel mundial, ha sido necesaria una regulación específica para aclarar la cuestión de los reembolsos»
“Si la cancelación es por fuerza mayor, la agencia debe devolver el dinero a los clientes, tal como marcan la Ley de Viajes combinados y la Ley de Consumidores y Usuarios. Pero en este momento, debido a la avalancha de cancelaciones de viajes a nivel mundial, ha sido necesaria una regulación específica para aclarar la cuestión de los reembolsos”, explicó Mónica Julve.
La abogada se refería al Decreto Ley del pasado 31 de marzo, “el cual distingue viajes combinados de otros servicios, y establece que en caso de cancelación de un viaje combinado debido al coronavirus, la agencia está obligada al reembolso pero con matices».
“En este sentido, la agencia puede ofrecer alternativas al cliente y permite hacer un reembolso mediante bonos con duración de un año. Si no se usan dichos bonos, la agencia deberá hacer reembolso en efectivo, que puede ser parcial por ejemplo si hotel no ha pagado a la agencia por las estancias no disfrutadas”.
Otro tema que ha causado numerosas dudas entre hoteles y agencias de viajes pueden negarse a pagar por el alquiler del local, teniendo en cuenta que el Gobierno ha forzado su cierre temporal como estrategia para contener la propagación del coronavirus.
En este ámbito, la causa de fuerza mayor (aplicable durante un período de dos a cuatro meses) no sería válida para rescindir un contrato de alquiler que normalmente puede tener una duración de 5 a 20 años, según explicó Mónica Julve. “Nada impide que, una vez superada la causa fuerza mayor, ese contrato pueda seguir en vigor, por lo que el arrendatario sigue obligado a pagar alquiler. Y si no paga, el propietario puede instar al desahucio”.
Ahora bien, hay una alternativa. “Se trataría de plantear una revisión de las condiciones del contrato” dado que el contexto o condiciones han variado bruscamente.
“En esa situación, la jurisprudencia entiende que la parte perjudicada puede plantear una revisión del contrato para reestablecer el equilibrio ”.
Aquí es donde entra en juego la cláusula “Rebus sic stantibus” (expresión del latín que puede traducirse como «estando así las cosas»”) pero que “no tiene reflejo en ninguna ley sino que es una interpretación doctrinal, exige una negociación”. Si la negociación fracasa, se puede presentar una demanda y un juez puede acabar tomando la decisión.
¿Y qué pasa con los suministros de luz, agua, etc.? “El decreto ley del 31 de marzo regula posibilidad de revisar, modificar, dichos contratos, lo que permite abrir un proceso negociador”, explicó esta abogada.
¿Y qué pasa con los contratos firmados entre hoteleros y turoperadores, pueden dejarse sin efecto debido a la actual crisis?
Según explicó Mónica Julve, “en contratos de larga duración, el hecho de que durante unos meses haya una fuerza mayor que imposibilita los viajes, no significa que ese contrato deba resolverse”.
Además, dichos contratos con turoperadores pueden estar bajo el amparo de leyes de otros países como Reino Unido, Alemania, etc.
“En líneas generales, hay argumentos para defender la vigencia del contrato. Por ello, recomendamos abrir un proceso negociador. Ahora los contratos deben quedar en suspenso, pero a medida que se vayan abriendo los hoteles, será necesario retomar esa negociación y examinar las cláusulas que se pactaron y ajustar los términos del contrato”.
Más dudas legales: los contratos de suministros de hoteles con empresas que les proveen de comestibles, bebidas, etc. Son los llamados “contratos recíprocos”. Según explicó Mónica Julve, “si durante esta época no recibes material, no tendrás que pagar por ellos, por lo que el contrato queda en suspenso durante el tiempo que la actividad no se puede desarrollar”.
Finalmente, Mónica Julve se refirió a los seguros de viaje, coberturas, etc, que también han originado numerosas consultas legales.
“Hay que diferenciar entre cobertura de daños por cancelación de viajes y cobertura por otros daños. Lo principal es revisar el contenido de la póliza: quién consta como asegurado (persona física, empresa…); el objeto (qué se contrata exactamente: pérdida económica, etc)…”
Pero ojo: “las pandemias normalmente están excluidas expresamente de las coberturas en muchos seguros de cancelación de viajes”.