Como drones humanos: las Islas Feroe inventan el turismo remoto

Como drones humanos: las Islas Feroe inventan el turismo remoto
Como drones humanos: las Islas Feroe inventan el turismo remoto

La imposibilidad de viajar agudiza el ingenio. Es un hecho que se demuestra a través de la cantidad y variedad de propuestas que nos llevan a navegar en cruceros virtuales, a visitar museos, recorrer paisajes a vista de pájaro o participar en festivales. Las Islas Feroe van un paso más allá con la primera incursión en el ‘turismo remoto’.

La iniciativa busca permitir a los visitantes explorar las islas a través de los ojos de un feroés pero mejor aún: permitiendo controlar sus movimientos en tiempo real.

Nace el ‘turismo remoto’

¿Qué significa exactamente este experimento? Mejor lo probamos. Al abrir el dispositivo móvil, la tablet o el ordenador y entrar en la aplicación remote-tourism encontramos lo que parece un mando de un videojuego clásico, con sus botones en cruz para indicar la dirección de los movimientos y las opciones correr y saltar.

Así controlamos a nuestro feroés. Foto Visit Islas Feroe

Así controlamos a nuestro feroés. Foto Visit Faroe Islands.

Dos veces al día, por ahora a las a las 14.00 y a las 17.00 horas (una hora más en España) durante un período de 10 días -desde ayer, 15 de abril- al tomar estos mandos estaremos dirigiendo los pasos de Levi, una guía local y antigua jugadora del equipo nacional de fútbol de las Islas Feroe.

A nuestras órdenes, la simpática Levi avanza, gira a la derecha y a la izquierda, se asoma a imponentes acantilados, corre por playas de arena negra, pasea entre ovejas y salta riachuelos. Mientras tanto, nos explica que nos acercamos al mirador de Tíndhjolmur, frente a la aldea de Bøur. También podemos acompañarla en un paseo en kayak, a caballo e, incluso, en helicóptero, o adentrarnos en pueblos de montaña.

Durante dos minutos, esta feroesa totalmente real atenderá nuestras peticiones y veremos, a través de la cámara que lleva en su casco, lo que ve. Ella se encargará de que sintamos también lo que percibe, lo que respira, lo que huele.

Se agota nuestro tiempo pero podemos volver a ponernos en la cola y cruzar los dedos. Las conexiones de banda ancha súper rápidas de las islas, entre Reino Unido, Noruega e Islandia, permiten que, pese a su ubicación remota, las velocidades de descarga de internet sean más rápidas que en Londres o en Madrid. Ahí radica parte del éxito de la experiencia.

Levi es nuestra guía. Foto Visit Feroe Islands

Levi es nuestra guía. Foto: Visit Faroe Islands.

No es un juego de ordenador

No es un juego de ordenador; es mucho mejor, porque es real. Según el director de Visit Faroe Islands, Guðrið Højgaard, la guía operada a distancia es “una plataforma única para permitir a las personas aisladas caminar por nuestros paisajes salvajes y recuperar la sensación de libertad”.

El ingenio a la hora de desarrollar esta campaña seguramente esté relacionado con el hábitat feroés. Si siempre han tenido que escalar acantilados para cazar aves marinas, pastorear ovejas entre montañas o desafiar al Atlántico en pequeños botes de pesca no es de extrañar que el instinto de supervivencia esté muy presente en las alrededor de 50.000 personas que pueblan las 18 islas.

Este mismo ingenio se ha trasladado al marketing, con iniciativas como las de poner cámaras web a sus ovejas o cerrar las islas por mantenimiento y abrirlas tan solo a 100 voluntarios del mundo que trabajaran en tareas de conservación durante un fin de semana son algunas de sus iniciativas.

Es el primer experimento de turismo remoto. Foto Visit Faroe Islands

Es el primer experimento de turismo remoto. Foto: Visit Faroe Islands

Los datos también acompañan: en cinco años se duplicaron los ingresos turísticos y solo en 2019 recibieron 100.000 visitantes. De momento, y hasta nuevo aviso, las Islas Feroe están cerradas al turismo hasta, al menos, finales de abril.

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