La crisis generada por el COVID-19 va a suponer un antes y un después en la forma de moverse de los ciudadanos. Como respuesta a la pandemia, el 96% de los destinos del mundo ha aplicado restricciones a los viajes y, con ello, a los turistas, según un informe publicado por la Organización Mundial de Turismo (OMT).
“El sector turístico está en el ojo del huracán. Es el que primero entró en crisis y, al contrario que en otras ocasiones, será el último en recuperarse”, afirmó Manuel Butler, director ejecutivo de la OMT, según recogen medios europeos.
Para tratar de reducir el impacto del Covid-19 en el sector, desde la OMT han creado un comité de crisis en el que trabajan conjuntamente con la Organización Mundial de la Salud (OMS), los principales representantes de las industrias del transporte aéreo y marítimo y actores clave del sector privado. Todas las medidas y recomendaciones acordadas tienen en cuenta cada eslabón de la cadena de valor del turismo: las entidades públicas, las compañías privadas y los turistas. Actualmente, este comité se encuentra inmerso en la elaboración de un plan de acción cuyo eje principal es el pasaporte o certificado sanitario, una solución que podría facilitar la apertura de fronteras y la puesta en marcha del tráfico aéreo. “Sin tráfico aéreo normalizado, no habrá recuperación”, afirmó.
Manuel Butler confía en que los ciudadanos podrán hacer desplazamientos a lo largo de este año, a pesar de que “viajar será más caro a corto plazo”. También cree que la vuelta a la normalidad va a ser paulatina y que, como mínimo, el sector turístico tardará un año en recuperarse.
Por el momento, las cifras no son alentadoras. Durante la crisis económica de 2008, la caída de demanda de viajes internacionales fue del 4%. En la actualidad, esta cifra puede llegar a superar el 30%. Además, en cuanto a la reserva de billetes de avión, el director ejecutivo de la OMT indicó que durante el primer trimestre del año se han reducido en un 80%, y en lo referente a las reservas hoteleras, afirmó que “la situación del ‘checking’ futuro es totalmente un encefalograma plano”.