El hotel de Donald Trump en Washington está en problemas y ha pedido ayuda al propio Trump. Como todo el sector hotelero de EE.UU., el establecimiento está en situación crítica, con la ocupación por los suelos y una perspectiva incierta para la recuperación del negocio. Por ello, ha pedido a su casero que le de un respiro con el pago del alquiler. Solo que el dueño es el Gobierno de EE.UU., es decir, la Administración Trump.
La compañía de Donald Trump llegó a un acuerdo con la Administración General de Servicios, la agencia federal que gestiona esta propiedad, en 2013 -cuando la posibilidad de que Trump fuera presidente de EE.UU. era vista como una ilusión estrafalaria- para un alquiler de sesenta años. La compañía debe cada mes 268.000 dólares, el pago de alquiler por un edificio majestuoso de finales del siglo XIX, a un par de manzanas de la Casa Blanca, que alojó en su día el edificio de correos de la capital de EE.UU. y que todavía se le conoce como The Old Post Office (la antigua oficina de correos).
Desde el comienzo de su presidencia, Trump ha tenido que enfrentar críticas y escrutinio sobre posibles conflictos de interés entre su labor como presidente y sus múltiples aventuras empresariales. Trump se ha mantenido al margen de la gestión de su fortuna, pero no ha vendido los activos que podrían ser cuestionables.
El hotel en Washington siempre ha estado en la picota. Es el lugar elegido para pernoctar en la capital por muchos mandatarios, ‘lobbistas’ y delegaciones extranjeras para congraciarse con el presidente.
La compañía, Trump Organization, busca que la Administración Trump conceda algún tipo de alivio al alquiler mensual, según ha desvelado ‘The New York Times’. Según ha confirmado al diario neoyorquino Eric Trump, el tercer hijo del multimillonario, la compañía está al corriente de sus pagos pero busca que se aplacen las próximas mensualidades. «Solo queremos que nos traten igual», dijo el hijo de presidente. «Lo que eso sea nos vale».
Trump Organization ha tratado de no incurrir en problemas de conflicto de interés en el multimillonario rescate público por la crisis del coronavirus, con el que las arcas del estado han inyectado más de dos billones de dólares en la economía. La legislación especificó que no podía acceder a los 500.000 millones para empresas administrados por el Tesoro y la propia empresa aseguró que no solicitaría los préstamos de emergencia respaldados también por el estado.
Pero sí que ha buscado un alivio temporal por parte de la Administración General de Servicios, en medio de un desplome de los ingresos, que afecta también a otros hoteles y propiedades de Trump, como el de Las Vegas o sus clubes de golf en Florida y New Jersey. Trump Organization también ha tratado de que Deutsche Bank, el banco a quien más adeuda, aplace algunos pagos. La compañía también busca retrasar pagos del arrendamiento de tierras para el club de golf de Trump en West Palm Beach, cuyo condado es el dueño.
Como en el caso del hotel de Washington, la petición pone en un brete a las autoridades. Si ceden ante la petición, parecerá que le hacen un favor al presidente. Y si no lo hacen, corren el riesgo de ganarse un enemigo en la Casa Blanca.