Las peluquerías y otros establecimientos de Georgia, Oklahoma y otros estados abrieron por segundo día mientras algunos sectores del país trataban de retomar su actividad tras un mes de cierres ordenados por los gobierno locales.
Las medidas improvisadas para reanudar la actividad van en contra de las advertencias de muchos expertos en salud pública, quienes dicen que el aumento de la interacción entre personas podría desencadenar una nueva ola de casos de COVID-19, la enfermedad respiratoria causada por el nuevo coronavirus.
El viernes Estados Unidos registró 36.491 nuevos casos de COVID-19, un récord en la cifra de aumento diaria, según un recuento realizado por Reuters. Las muertes causadas por el virus en todo el mundo superaron las 200.000 el sábado, con más de una cuarta parte de ellas registradas en Estados Unidos, según dicho recuento.
El gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, repitió su advertencia de que reabrir los negocios demasiado pronto es arriesgado, mientras que la gobernadora de Rhode Island, Gina Raimondo, se pronunció en contra de una protesta celebrada ante la Cámara Estatal de Providence por su falta de sensatez, argumentando que podría obligarla a retrasar la fecha de desconfinamiento hasta el 8 de mayo como muy pronto.
“En este punto, infringir las normas de distanciamiento social es simplemente un acto egoísta”, dijo Raimondo en una reunión informativa refiriéndose a la protesta. “Si hoy todos salen e infringen las reglas, definitivamente tendré que retrasar la fecha en la que podremos reactivar la economía.”
El condado de Volusia, donde se encuentra la famosa playa de Daytona, abrió el sábado el área de sus parques costeros a visitantes con algún tipo de discapacidad, un paso más hacia un desconfinamiento por fases que hasta ahora ha limitado sus playas a quienes quieran caminar, hacer surf, andar en bicicleta o nadar.
En una sesión informativa celebrada el viernes, el gerente del condado George Recktenwald describió la medida como un paso gradual y advirtió contra la reunión en grupos. Pero un residente del condado dijo que muchos de quienes acuden a la playa no están prestando atención al consejo.
“Sé que hay reglas y restricciones, pero la gente no está escuchando”, dijo John Overchuck, de 45 años, un abogado que vive en una casa frente a la playa junto su esposa y su hija pequeña justo al sur de Daytona Beach, en New Smyrna Beach. “Salí a caminar por la playa hace 10 minutos y estaba abarrotada. Se supone que eso no iba a pasar”.
Overchuck dijo que teme el regreso de los miles de turistas que en tiempos normales se acercan hasta Smyrna y otras playas del condado. Algunos ya han empezado a aparcar sus coches y montar sus tiendas de campaña en la playa, dijo.
OLA DE CALOR
Una ola de calor llevó a miles de californianos a las playas de Newport Beach y Huntington Beach el viernes, a pesar de las órdenes de permanecer en casa vigentes para los residentes de todo el estado, una escena que volvió a repetirse el sábado con grandes multitudes reuniéndose en la playa. El gobernador de California, Gavin Newsom, ha pedido a quienes visitan la costa que mantengan el distanciamiento social.
Cuomo dijo el sábado que el estado de Nueva York ha comenzado a realizar pruebas de anticuerpos a enfermeros, médicos, policías, empleados de supermercados y otros trabajadores de sectores esenciales, al tiempo que se ha permitido a las farmacias locales recoger muestras para realizar pruebas de diagnóstico.
Esta enfoque sobre las pruebas se ha adoptado en un momento en que la gravedad de la crisis parece estar disminuyendo en Nueva York, el epicentro de la pandemia en Estados Unidos, con la cifra de hospitalizaciones cayendo a su nivel más bajo en tres semanas.
“Tras veintiún días de infierno, estamos de vuelta a donde estábamos hace 21 días”, dijo Cuomo en una reunión informativa diaria. “Ahora estamos centrados de forma sistemática y obsesiva en la realización de test”.
El principal experto en enfermedades infecciosas de EEUU, Anthony Fauci, coincidió en que los test son la clave para volver a la normalidad, con la identificación de los portadores para poder aislarlos y rastrear sus contactos con otras personas.
“Ahora mismo estamos haciendo entre 1,5 y 2 millones (de test) por semana. Probablemente deberíamos duplicar estas cifras en las próximas semanas, creo que lo haremos”, dijo Fauci, jefe del Instituto Nacional de Alergia y Enfermedades Infecciosas de EEUU, en una transmisión por internet de la reunión anual de la Academia Nacional de Ciencias.
El gobernador de Nueva Jersey, Phil Murphy, dijo que no reabrirá parques o playas aunque su curva de casos se ha “aplanado innegablemente”, sugiriendo que actuará con cautela en el plan de reapertura del estado que se espera sea presentado el lunes.
“Necesitamos ver más progresos y una mayor desaceleración (de las cifras) antes de implantar cualquier medida para emprender el camino hacia la nueva normalidad que espera a nuestro estado al final de esta pandemia”, dijo Murphy en una sesión informativa diaria.
El presidente de EEUU, Donald Trump, no celebró su reunión informativa habitual tras generar un revuelo dos días antes al sugerir a los científicos que investiguen si la inyección de productos desinfectantes como la lejía podría servir para tratar la COVID-19. Posteriormente dijo que estaba siendo sarcástico al sugerir tal medida.
“¿Cuál es el propósito de tener conferencias de prensa en la Casa Blanca cuando los negligentes medios de comunicación tradicionales no hacen más que preguntas hostiles y luego se niegan a contar la verdad o los hechos con precisión”, escribió Trump el sábado en su cuenta en la red social Twitter.
En el estado de Georgia, peluquerías, salones de uñas y otros negocios abrieron por segundo día, pero muchos de los dueños de estos negocios tomaron precauciones para limitar el número de clientes, mientras que muchos permanecieron cerrados.
Theo Walker, propietario de Golden Anchor Tattoo en Atlanta, dijo que planteó la cuestión de reabrir a sus empleados y éstos votaron a favor.
“En un mundo ideal nos hubiera gustado esperar en casa hasta que todo termine, pero lamentablemente todos tenemos facturas que pagar y no quería que mis empleados sufrieran más”, dijo Walker. “Todos decidimos que era hora de volver al trabajo.”