La Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) dijo este jueves que está trabajando con los principales países de Latinoamérica para trazar planes para la reapertura del sector y cifró en 18.000 millones de dólares las pérdidas que el COVID-19 supondrá para las aerolíneas de la región en el primer semestre del año.
El vicepresidente de la organización para las Américas, Peter Cerdá, también señaló hoy durante una conferencia telefónica con medios de comunicación que prevé que el sector aéreo se recuperará dos años más tarde que el producto interior bruto (PIB) y que hasta el año 2023 no se volverá a los niveles de 2019.
Cerdá indicó que IATA está recomendando que el uso de mascarillas en los aviones sea obligatorio y que las aerolíneas no sean las que proporcionen la protección facial sino que sean los pasajeros quienes tengan que llegar al aeropuerto con ellas.
La IATA también está considerando en el futuro la utilización del pasaporte inmunológico, una vez esté comprobada científicamente su utilidad.
Pero a corto plazo, la organización que agrupa a las líneas aéreas indicó que el bloqueo del asiento central no sólo no reduce la posibilidad de contagio en el avión sino que hará imposible la rentabilidad de los vuelos por lo que provocará el cierre de muchas compañías.
Según Cerdá, la mayoría de las aerolíneas del mundo, incluidas las de Latinoamérica, sólo cuentan con liquidez para «dos o tres meses, máximo» por lo que «ya estamos llegando a niveles críticos».
«Si la crisis se sigue extendiendo, si el cierre de fronteras se mantiene más allá de junio e incluso si se implementan medidas de cuarentena o como el bloqueo del asiento central esas cifras van a subir inmediatamente, y el riesgo de más líneas aéreas que se encuentren en una situación de mantener sus operaciones se va a incrementar de manera muy alta», explicó.
Con respecto a las conversaciones que la IATA está manteniendo con los gobiernos de Latinoamérica y el Caribe para lograr ayudas al sector y la planificación de la reapertura del espacio aéreo, Cerdá los calificó en general de positivos.
Con Argentina, Cerdá dijo que IATA mantuvo la semana pasada una reunión «muy productiva» con las autoridades del país que se centró en la decisión del país de cerrar el espacio aéreo del país hasta el 1 de septiembre.
«Vamos a seguir manteniendo reuniones regulares» dijo Cerdá para acordar «qué medidas se pueden tomar para intentar adelantar esa fecha» a principios de julio. Para ello, IATA establecerá una mesa de trabajo con la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC) de Argentina.
Sobre Chile, Cerdá dijo que IATA se reunió con el Gobierno del país para preparar la reactivación del sector y que las autoridades chilenas «están muy abiertas a las sugerencias del sector» además de que «es uno de los pocos países en los que Gobierno y oposición están trabajando de forma conjunta» para la reactivación aérea.
Con respecto a Colombia, Cerdá aseguró que es «uno de los países que asumió el liderazgo sobre la gravedad del impacto en el sector aéreo» y que Bogotá esta trabajando con IATA para la reactivación del espacio áereo. Pero añadió que IATA está preocupada por la posibilidad de que se regule el bloqueo del asiento intermedio.
Cerdá también destacó la confianza de IATA en que Avianca saldrá «más fuerte, eficaz y líder del transporte aéreo de la región» tras declararse en bancarrota en Estados Unidos para poder reorganizar sus operaciones.
El ejecutivo de IATA señaló que otras compañías aéreas han utilizado el mismo proceso para su reestructuración pero que la decisión también refleja «la grave situación del sector».
Con respecto a México, IATA espera que el país comunique próximamente medidas para ayudar al sector y que la comunicación con el Gobierno mexicano ha sido «regular» desde el inicio de la crisis.
La IATA también está manteniendo reuniones con las autoridades de Perú, Ecuador y Panamá, entre otros países, para avanzar en ayudas y planes de reactivación.