La experiencia de ir a un hotel todo incluido en República Dominicana cambiará, como muchas cosas más, mientras el COVID-19 siga siendo una amenaza.
Los hoteleros aseguran que ir a un resort dominicano “será más seguro que ir una ferretería”, como dijo este martes el vicepresidente de Asonahores, Andrés Marranzini, durante un webinar de Adompretur. Son establecimientos que están aislados de las comunidades, por lo que el traspaso del virus entre los locales y los turistas no es tan fácil.
Pero a lo interno, los hoteles cambiarán. Marranzini informó que los protocolos sanitarios que está definiendo el sector plantean varios escenarios, como cambiar los restaurantes, la ocupación de las habitaciones y el uso de las áreas comunes.
Estos son algunos de los cambios que registrarán los hoteles mientras se conviva con el COVID-19:
Reducir la ocupación: la mayoría de los hoteles del país son de baja densidad habitacional y no superan los cuatro pisos de altura. Marranzini habló de la posibilidad de que el uso de los dos últimos pisos se clausure o que se ocupe una habitación y la siguiente no, para reducir las posibilidades de contacto común entre huéspedes. O que se apliquen ambas opciones.
Suspender el uso de los ascensores: en parte, por eso es la idea de eliminar el uso de los dos pisos superiores de los hoteles, así no se debe usar el ascensor.
Habilitar espacios de aislamiento: el vicepresidente de Asonahores señaló que la atención médica en los hoteles es bastante normal en los resorts de Punta Cana y de otras zonas del país, algo que se reforzó cuando la crisis reputacional por la muerte de varios turistas estadounidenses golpeó al país el año pasado. Pero en caso de que algún visitante presente un cuadro coincidente con el nuevo coronavirus, está previsto que el paciente sea trasladado a un área de aislamiento dentro del propio hotel, mientras se determina la situación médica de la persona. “Como habrá menos habitaciones disponibles, podrán usarse algunas para esto”, dijo Marranzini.
Los bufett y restaurantes: es uno de los grandes dilemas. Posiblemente se suspendan los bufetts en los que los clientes se sirven sus propios alimentos, lo que sería sustituido por servicios de alimentación a la carta. El representante de los hoteleros dijo que quizás se apliquen horarios por grupos para servir las comidas, como una forma de limitar los aforos en esos espacios que son los de mayores aglomeraciones. Habló de que quizás el desayuno se lleve a la habitación y se deje en la puerta, para evitar el contacto entre el personal del hotel y los turistas.
Limpieza de las habitaciones: Marranzini señaló que están procurando un proceso de higienización específica pre certificada de las habitaciones para evitar la propagación del virus.
No son todas, ni son las definitivas, pero son algunas de las opciones que plantea el sector para reducir la propagación del nuevo coronavirus. Incluso, los hoteleros señalaron la posibilidad de que se le pida a los visitantes una prueba de COVID-19 hecha antes de llegar al país, aunque reconocen que eso no garantiza que un posible contagio sea evitado por completo.