Ya hay una fecha posible de apertura para los aeropuertos de República Dominicana y, por lo tanto, para el turismo. El día tentativo sería el 5 de julio, cuando comenzaría la última fase de la desescalada, según lo definido por el gobierno.
Pero el ansiado regreso de la actividad turística no se traducirá en multitudes llegando por los aeropuertos del país. Aunque ese sector volverá a ver la luz en la última etapa de la desescalada, el retorno de los visitantes al país será gradual y la experiencia de pasar por un aeropuerto será muy diferente.
“Según nos han informado hasta el momento, la intención es que el reinicio de los vuelos comerciales ocurra de forma gradual, otorgando permisos a las aerolíneas que tengan operaciones con países que tengan sus fronteras abiertas”, dijo Mónika Infante, directora general de Aeropuertos Dominicanos Siglo XXI (Aerodom) a Diario Libre.
Allí radica buena parte de las inquietudes sobre la vuelta a la “nueva normalidad” en ese sector: ¿qué países tendrán sus fronteras abiertas y en qué condiciones? Varios países europeos han anunciado ya una fecha para la reactivación del turismo y también lo ven como un proceso gradual. Primero abrirán las fronteras nacionales a otras naciones de la Unión Europea, y luego hacia el resto del mundo, pero el bloque ha recomendado que nada de ello ocurra antes del 15 de junio.
Italia, Grecia y España ya le han puesto fechas al retorno del turismo, o al menos un aproximado. Italia, uno de los países europeos más afectados por el nuevo coronavirus, se adelantó a la recomendación de la Comisión Europea y dijo que sus aeropuertos se abrirán al turismo regional e internacional el 3 de junio. Grecia dejará la reapertura de sus aeropuertos para los primeros días de julio, mientras que España lo hará para ese mes, pero aun sin fecha concreta.
La realidad de las aerolíneas
La Organización Mundial de Turismo (OMT) hizo un diagnóstico sobre cómo ha sido la recuperación del sector tras varias crisis graves. Después los ataques terroristas del 11 de septiembre, el número de viajeros que llega por los aeropuertos tardó seis meses en crecer de nuevo y lo hizo de manera intermitente. Luego, con la crisis económica del 2008 la vuelta a la normalidad tardó más: fueron 10 meses para que el sector viera de nuevo un crecimiento en el número de llegadas por los aeropuertos.
Los aeropuertos están en proceso de ajuste para recibir los turistas con condiciones sanitarias que eviten la propagación del COVID-19. ( ARCHIVO)
La capacidad que tendrá el turismo para recuperarse tras la crisis del gran confinamiento causada por el COVID-19 es menos clara porque depende del ritmo de reapertura de las fronteras de cada país, y también de la expectativa de nuevos brotes de la enfermedad y, por lo tanto, de un posible regreso al confinamiento.
El panorama de perspectivas que maneja la OMT es que globalmente se comience a registrar una recuperación en el número de llegadas por aeropuertos a partir de julio, pero será un crecimiento leve y lento. Para que las llegadas por terminales aeroportuarios vuelvan al nivel previo a la crisis del COVID-19 habrá que esperar hasta el año 2021. El escenario más optimista habla de inicios de 2021, pero podría ser peor.
Para República Dominicana, donde desde el 19 de marzo pasado las fronteras han estado cerradas a turistas y solo se han recibido vuelos humanitarios o de carga, la situación ha sido dura. El turismo es la actividad económica que más divisas genera al país, después de las exportaciones. Al cierre de 2019 el país recibió 7,468.1 millones de dólares a través de los viajeros que llegaron a vacacionar.
En abril, el primer mes completo del confinamiento a fronteras cerradas, llegaron tan solo 818 pasajeros al país, un desplome de 99.8 % con respecto a los 581,697 personas que llegaron al país un año antes por los aeropuertos, de acuerdo a los datos publicados esta semana por el Instituto Dominicano de Aviación Civil (IDAC). Registros como estos continuarán hasta tanto se concrete la reapertura de los aeropuertos, que se espera ocurra a inicios de julio.
El gobierno dominicano ha definido un protocolo para el transporte general en el que incluye a los aeropuertos. En un documento que advierte que esas medidas serán ajustadas, conforme a las exigencias sanitarias, el Ejecutivo delimitó como normas aplicables a todo el transporte la limitación de la capacidad a un 30 % que se irá incrementando progresivamente, la toma de temperatura a los pasajeros antes de ingresar a los espacios de transporte y la posible aplicación de tests rápidos a quienes tengan temperatura alta, el suministro de geles hidroalcohólicos, la exigencia del uso de mascarillas y la amplia disponibilidad de implementos de higiene para los pasajeros.
No obstante, se trata de un protocolo muy general que aplica para todos los tipos de transporte: terrestre, de carga, por aeropuertos y puertos. Aun así, hay modelos para prever cómo será la experiencia de los aeropuertos internacionales y también de los dominicanos.
La directora general de Aerodom señaló que Vinci Airports ha desarrollado un protocolo para el reinicio de las actividades comerciales que define las medidas sanitarias internas, pero que se ceñirán al plan que defina el gobierno al respecto para normar el transporte aéreo en tiempos de COVID-19.
La normativa interna de Aerodom implica, según detalló Infante, el uso obligatorio de mascarillas en todas las áreas de los aeropuertos, la instalación de mamparas entre pasajeros y empleados, la organización de los espacios para respetar el distanciamiento social, una mayor frecuencia de limpieza y desinfección de todas las áreas, la continua disponibilidad de gel hidroalcohólico y la comunicación continua sobre asesoramiento sanitario y procesos de pasajeros.
El aeropuerto de Punta Cana, que recibe la mitad de los turistas que llegan a República Dominicana, también ajustó sus procedimientos, de cara a la reapertura a los visitantes. El video muestra cómo operará ese terminal aeroportuario una vez que reabra sus puertas y reciba pasajeros de nuevo.
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La “covidianidad” en los aviones
La Asociación Internacional del Transporte Aéreo (IATA), ante la situación, ha definido un protocolo que puede servir de guía para las aerolíneas del mundo, que se complementa con los códigos sanitarios que se manejen en los aeropuertos.
A continuación se pueden observar las medidas recomendadas por la IATA para las aerolíneas:
Hoteles: expectativas versus nueva realidad
No solo viajar será distinto, la propia experiencia de vacacionar cambiará profundamente mientras dure la pandemia. Si bien el tipo de turismo que se realiza en República Dominicana no es masivo, sino más bien de baja densidad, los resorts —tal como los conocemos— mutarán mientras no exista una vacuna contra el COVID-19.
El gobierno y los hoteleros lo tienen claro. En el documento oficial “Protocolo General y Sectorial para la Reinserción Laboral” que elaboró el Ejecutivo dominicano se muestran algunas realidades características de los resorts nacionales que cambiarán radicalmente cuando se abran estos establecimientos.
A los huéspedes se les tomará la temperatura durante el chek-in, se colocarán pantallas de vinil en las recepciones, restaurantes, concierges y áreas de contacto entre personal hotelero y visitantes. Eso para seguridad sanitaria de los propios trabajadores y, como mecanismo para evitar la propagación del virus entre los turistas, serán eliminadas las estaciones de bebidas, no se podrán hacer excursiones fuera de los hoteles, se deberá mantener la distancia social de dos metros, incluso en las piscinas, y usar mascarillas.
Según el protocolo publicado por el gobierno, en los bufés ya los turistas no podrán servirse sus alimentos, sino que habrá personal dedicado a eso. Ello con el objetivo de que los utensilios de servicio sean manipulados por la menor cantidad de personas posible.
De acuerdo a esas normas, no podrá haber más de cuatro personas por cada área de 10 metros cuadrados y las mesas y sillas deberán estar dispuestas de tal forma que tengan dos metros de distancia entre sí.
Pero los hoteleros están trabajando en sus propias reglas para reforzar los niveles de seguridad.
El vicepresidente ejecutivo de Asonahores, Andrés Marranzini, habló de la posibilidad de que el uso de los dos últimos pisos se clausure para reducir las posibilidades de contacto común entre huéspedes en los ascensores.
También dijo que se habilitarán espacios de aislamiento para que estén disponibles en caso de que algún turista presente un cuadro de salud sospechoso de COVID-19.
Las expectativas del sector turístico no son precisamente alentadoras. Simón Suárez, del Grupo Punta Cana, dijo que el escenario más positivo es que el sector turístico dominicano vuelva a la normalidad a inicios del próximo año.
Los hoteleros dijeron que quieren comenzar por atraer a los visitantes de las naciones más cercanas y que tradicionalmente han visitado el país: Estados Unidos y Canadá. Desde allí esperan que comience la recuperación de la actividad más golpeada por el COVID-19.