El turismo genera uno de cada diez empleos en todo el mundo y casi el 12% de los empleos de la UE. Ahora necesita una respuesta internacional coordinada, estimada en alrededor de 375.000 millones de euros para recuperarse.
Es un sector sumamente afectado por las restricciones de viaje y las medidas de aislamiento social que los Gobiernos de todo el mundo han impuesto para contener la expansión de la nueva enfermedad de coronavirus. Se ven afectados todos los que trabajan en esta industria, desde pequeños empresarios hasta grandes cadenas hoteleras u operadores turísticos. El turismo internacional podría caer hasta un 80% en 2020 frente al año anterior según las estimaciones del Consejo Mundial de Viajes y Turismo (WTTC por sus siglas en inglés). Por comparación, la crisis financiera de 2009 contrajo el sector turístico en tan solo un 4%.
Europa cuenta con un sistema turístico muy activo. Los viajes, el transporte, el alojamiento, la alimentación, el ocio o la cultura aportan casi el 10% del PIB de la UE y son una fuente clave de empleo e ingresos en muchas regiones. Según el Ejecutivo de la UE, 267 millones de europeos, lo que representa el 62% de la población, realizan al menos un viaje de ocio privado al año, y el 78% de los europeos pasan sus vacaciones en su país de origen o en otro país de la UE. El verano es una temporada crucial para la industria, que genera un promedio de 150.000 millones de euros en ingresos para el sector turístico europeo y 360 millones de turistas.
Son otros tantos argumentos para dar prioridad a los programas de apoyo al turismo. La Comisión Europea ha presentado una serie de medidas y recomendaciones para ayudar a los Estados miembros a levantar gradualmente las restricciones. El paquete «Turismo y transporte» de la Comisión incluye una estrategia general hacia la recuperación en 2020 y más allá, un enfoque común para restaurar la libertad de circulación de personas y levantar las restricciones en las fronteras internas de la UE de forma gradual y coordinada. También incluye un marco para apoyar al restablecimiento gradual del transporte, al tiempo que garantiza la seguridad de los pasajeros y el personal, y recomienda además que los bonos de agencia (travel vouchers) se conviertan en una alternativa atractiva más que la devolución del dinero.
Para las empresas turísticas la Comisión tiene como objetivo garantizar liquidez en particular a las pymes y salvar empleos con 100.000 millones de euros de ayuda financiera a través del programa SURE.
El turismo depende del transporte para atraer visitantes. No se puede establecer una fecha clara para la reanudación total o gradual del transporte, porque depende fundamentalmente de la evolución de la pandemia y de los acuerdos entre los Estados miembros, ha dicho a Radio Rumanía la comisaria europea de Transportes, la rumana Adina Vălean, pero las normas adoptadas por la Comisión establecen en qué condiciones viajaremos:
«A menudo me preguntan, ‘¿Cuándo vamos a viajar?’ Y la respuesta a esta pregunta debe ser dada por las autoridades de cada Estado miembro, que debe tener en cuenta algunos criterios relacionados con la situación epidemiológica en ese Estado. Luego tenemos que decidir qué destinos aceptamos para los viajes, porque, por supuesto, no esperamos que toda Europa tenga la misma situación, que se abran las fronteras o que las medidas de cuarentena y aislamiento sean las mismas en todos los Estados miembros. Estas son decisiones que deben tomar las autoridades nacionales».
Lo que se sabe es que la reanudación del tráfico se realizará de forma flexible y coordinada entre los Estados miembros, en varias fases. La Comisión Europea ha establecido también varias condiciones para reanudar las actividades turísticas en una región o Estado miembro. El principal requisito previo es la evidencia epidemiológica que muestre que la propagación de la enfermedad ha disminuido y estabilizado. Bruselas también recoge que “debe haber suficiente capacidad en el sistema sanitario para atender a la población local y a los turistas.”
En Rumanía, el turismo ha perdido, en los últimos meses, 6 millones de pernoctaciones y unos 250 millones de euros, según el presidente de la Federación de la Industria Hotelera en Rumanía, Călin Ile. «La situación del turismo es muy complicada. Éramos como una locomotora lanzada a toda velocidad que de repente se estrella contra un muro. Esto ha creado grandes problemas, la situación en este momento es dramática», ha dicho Călin Ile, quien estima que el impacto total de la crisis del turismo superará el 5% en el PIB de Rumania. El 90% de los hoteles en Rumanía están cerrados debido a la pandemia, y 150.000 de los 180.000 empleados en la industria HORECA están en desempleo técnico o han sido despedidos, ha informado Răzvan Pascu, fundador de una compañía que opera en el campo del turismo. En su opinión, la situación por la que estamos pasando podría representar no obstante una oportunidad para el turismo rumano:
“Está claro que el comportamiento del turista va a cambiar. Lo más probable es que dejen de optar por hoteles grandes, con «todo incluido» en Turquía, donde deben tomar el desayuno junto con cientos de personas en la misma sala, y elegirán otras opciones de viaje. Creo que en el próximo período, los viajes en coche volverán a la tendencia, y los viajes a la naturaleza serán la opción preferida. Esto puede ser una oportunidad para promocionar a Rumanía como un destino diferente, un destino que ofrece estas opciones de viaje, y creo que esta debería ser la estrategia del turismo rumano para los siguientes 2-3 años».
Los resultados de los estudios recientes muestran que las personas apostarán por el turismo local como opción para sus vacaciones.