Durante los últimos dos meses, muchos de los destinos más populares del mundo han sido cerrados a los visitantes, dejando monumentos, museos, tiendas, restaurantes, bares y calles casi vacíos.

A medida que el mundo se reabre y los residentes salen, se enfrentan a la realidad de que la vida de hoy es diferente de lo que era antes de Covid-19, y es probable que permanezca así durante algún tiempo. Una de las diferencias más significativas, una comprensión agridulce para la mayoría, es que actualmente no hay turistas a los que atender ni multitudes que recorrer.

Le preguntamos a la gente en 11 de los lugares más desfavorecidos del mundo cómo es. En las Galápagos parece que el tiempo se ha rebobinado a una era anterior. En Praga ha sido un alivio admirar un puente que en los últimos años se ha convertido en un lugar popular para los instaladores de selfies con bastones de selfie. En Venecia, una ciudad que durante mucho tiempo ha sido abrumada por los turistas, los venecianos, por una vez, no son superados en número por los visitantes. En la bahía de Ha Long, Vietnam, como en Bali, el miedo a la pérdida del turismo ha dado paso a un enfoque en la familia.

Aunque el turismo es el alma de las economías de estos destinos, y la necesidad de que los viajes se reanuden puede ser grave, este momento de pausa ha permitido a los locales experimentar algo que recientemente parecía imposible: tener sus hogares para ellos solos. – Tariro Mzezewa

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Roma
GIANLUCA BOSCOLO, de 30 años, es un desarrollador web de la ciudad de Chioggia, en el norte de Italia. Ha vivido en Roma durante tres años.

Después de dos meses de cuarentena, mi amigo y yo nos aventuramos de regreso al centro de la ciudad desde nuestra casa en el vecindario de Montersacro. Caminamos hacia el Circo Máximo y el Coliseo y fue una vista extraña: no había nadie más allí.

Debes entender que trabajo en una oficina en el vecindario de Monti junto al Coliseo y todos los días, solía caminar entre las multitudes que entraban y salían de la estación de metro Coloseo para llegar al antiguo anfiteatro y al Foro Romano. Al principio era extraño estar allí sin todas esas personas, pero a medida que se hundía, se convirtió en una experiencia nueva y hermosa.

Soy de Chioggia, una ciudad al sur de Venecia, y siempre soñé con vivir en Roma. Estar aquí durante este tiempo ha sido difícil, pero durante la semana pasada, la ciudad ha sido romántica, como un sueño. Caminamos hacia la Fontana de Trevi y la Plaza de España y había tan poca gente allí que estábamos prácticamente solos.

Explorar nuestra ciudad en estos días es como descubrir una nueva ciudad. Incluso las cosas mundanas que una vez dimos por sentado como tomar un helado o tomar un café afuera ahora se sienten especiales. Ayer conseguimos pizza y suplementos en Trastevere. Imagínese caminando por Trastevere, a través de Ponte Sisto, a lo largo del Lungotevere sin estar lleno de gente.

Esta experiencia está haciendo posible ver la ciudad en la que vivimos con nuevos ojos. Normalmente caminamos para llegar a donde necesitamos estar, pero caminar ahora nos da la oportunidad de ver detalles que no siempre notamos cuando te abres paso entre un grupo de turistas que caminan sobre ti. Fuimos a la Plaza de San Pedro, el Panteón, Villa Borghese.

En este momento, Roma es visitada solo por romanos y es un sentimiento extraño. Es triste que no tengamos turismo porque confiamos en él y pronto será una emergencia si no recuperamos a los turistas, pero hemos estado disfrutando de este breve respiro.

Roma es un museo viviente y es un privilegio tenerlo todo para nosotros. – Según lo dicho a Tariro Mzezewa