Globalia, presidida por Juan José Hidalgo, contratató a Ernst & Young (EY) para sondear la venta de Be Live y continuar así, según ha avanzado El Confidencial, con el troceo del grupo tras la pretendida venta de Air Europa a Iberia y la pospuesta fusión de sus emisores –Halcón, Travelplan – a Ávoris, del Grupo Barceló.
El grupo empresarial busca efectivo para afrontar los complejos tiempos que se avecinan, y el único activo de valor que le quedaba era su cadena hotelera, compuesta por 34 establecimientos con unas 11.000 habitaciones entre España y el Caribe.
El problema es que varios de los activos no son de su propiedad y algunos de los más señeros siguen hipotecados.
La valoración de Be Live, por tanto, afronta los desafíos que afligen a toda la industria turística por el coronavirus, ya que se desconoce cuándo se van a poder recuperar los flujos previos al estallido de la pandemia.
Además, la falta de liquidez entre las grandes empresas turísticas y la necesidad de vender de los Hidalgo juega en contra de lograr un precio elevado
Los hoteles de Globalia se ubican en Cuba, República Dominicana, Baleares y Canarias. La red la componen 13 hoteles en España, ocho en Cuba, seis en Dominicana, tres en Marruecos, dos en Portugal y uno en Colombia.
En el caso de República Dminicana cuentan con 4 hoteles diseminados en La Roana, Punta Cana, Santo Domingo y Puerto Plata.
Hasta hace unos meses contaba con otro en Cancún (México), como apuesta personal del CEO de Globalia, Javier Hidalgo, que pretendía reproducir el éxito del Ushuaia de Ibiza, pero tuvo que dejar el establecimiento.
Globalia pretendía quedarse con su división hotelera como negocio principal y de más potencial, pero los problemas en la venta de Air Europa a Iberia, y el ya anunciado retraso de al menos un año a la fusión de sus emisores a Ávoris, han obligado a los Hidalgo a buscar otra alternativa para obtener efectivo cuanto antes.
Mientras tanto, Air Europa perdió su oportunidad de desarrollar una filial en Brasil tras haber sido la primera aerolínea extranjera en conseguir los permisos, y a Globalia le queda como división relevante el negocio de ‘handling’, cuya concesión vence dentro de un año y que también ha estado en el mercado.