Muchos países europeos están reabriendo fronteras entre sí después de haber cerrado por la pandemia de coronavirus, restaurando la libertad de movimiento que se interrumpió abruptamente en marzo.
Sin embargo, persisten algunas restricciones y no está claro cuántas ganas de viajar tendrían los europeos este verano, en un continente que en su mayor parte sigue cerrado a estadounidenses, asiáticos y otros turistas internacionales.
Los controles de frontera para la mayoría de europeos se retiraron durante la madrugada del lunes en Alemania, Francia y otros lugares, casi dos semanas después de que Italia reabriera sus fronteras.
No se esperaba que los 27 países de la Unión Europea y los miembros de la zona Schengen, que también incluye a países de fuera del bloque como Suiza, se abrieran a visitantes de fuera del continente hasta al menos principios del mes que viene, y posiblemente mucho más tarde. Incluso dentro de Europa hay precaución, después de más de 182.000 muertes relacionadas con el COVID-19.
Los primeros turistas internacionales que hayan pisado Mallorca en 93 días llegaron el lunes, diciendo que se sienten seguros en la popular isla española y listos para aprovechar al máximo la playa y el clima soleado sin las hordas de visitantes que se encuentran allí en tiempos normales.
En un ensayo, España permitió que un primer lote de miles de alemanes volaran a sus Islas Baleares, eximiéndolos de la cuarentena de 14 días. La idea es probar con ellos las mejores prácticas en la era del coronavirus.
Los propios españoles aún no pueden viajar al archipiélago, y el resto del país tardará una semana más en alcanzar a otras naciones de la región, donde los controles fronterizos se retiraron durante la noche.
“El turismo es un sector clave para la recuperación de nuestra economía”, dijo el domingo el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, al anunciar que el golpeado país adelantaría 10 días, al 21 de junio, la apertura a viajeros europeos. El virus, informó “no ha desaparecido, (…) sigue al acecho”.
“Este es un proyecto piloto que nos servirá de mucho para aprender en los próximos meses”, dijo Sánchez. “Queremos que nuestro país, que ya es reconocido como destino turístico de calidad (…), sea reconocido además como destino turístico de seguridad. De seguridad en las calles y de seguridad sanitaria”, agregó.
En señal de esa anticipación, los trabajadores de un hotel de Mallorca dieron la bienvenida con vítores al autobús que transportaba a los primeros huéspedes del aeropuerto. Los visitantes pasaron por controles de temperatura al llegar y tuvieron que dejar su información de contacto y registrar estado de salud con las autoridades.
Martin Hofman, de Oberhausen, Alemania, se mostró encantado al subir al primer vuelo desde Düsseldorf a la isla española de Mallorca. Dijo que no podía aplazar sus días de vacaciones y que “quedarnos en Alemania no era una opción”. “Y bueno, sí, estamos totalmente felices de poder salir (del país)”.