Si este fuera un año normal, estos días estarían llegando miles de fieles -creyentes y no creyentes, hippies y curiosos- a Stonehenge para celebrar el solsticio de verano. El año pasado, más de 10.000 personas se acercaron al emblemático monumento neolítico entre los días 20 y 21 de junio. Los momentos cumbres, como siempre, fueron la puesta y posterior salida del sol, en los que «los primeros o últimos rayos de sol se esconden tras el horizonte y los megalitos y se alinean, según cuentan los entendidos, de forma singular y única ese día».
Se cree que los solsticios se han celebrado en Stonehenge durante miles de años, pero la pandemia del coronavirus también va a dejar su impronta en este rincón de Wiltshire, a hora y media al oeste de Londres. Este año, la ceremonia que marca el día más largo del año se llevará a cabo completamente online y en directo a través de las cuentas de Facebook y Twitter de English Heritage, la organización que gestiona éste y otros 400 monumentos históricos del Reino Unido.
Se puede disfrutar del espectáculo en dos ocasiones. La primera se iniciará 30 minutos antes de la puesta de sol del 20 de junio, lo que equivale a las 20:26 horas GMT (22:26 horas española). La segunda, en la madrugada del 21 de junio a las 03:52 horas (5:52 hora española). Quien prefiera verlo después tendrá la opción de hacerlo en diferido a través de las redes, ya que permanecerá colgado.
Yoga al amanecer en el solsticio de verano.SHUTTERSTOCK
«Nos hubiera gustado mucho organizar el evento como de costumbre, pero lamentablemente sentimos que no tenemos más remedio que cancelar», ha explicado la directora de Stonehenge, Nichola Tasker. «Esperamos que nuestra transmisión en vivo ofrezca una oportunidad alternativa para que las personas cercanas y lejanas se conecten con este lugar espiritua en un momento tan especial del año y esperamos darles la bienvenida a todos el año próximo».
Tasker ha insistido en que nadie debe acudir al monumento este solsticio, pese a la «atracción que supone para muchas personas». Los que quieran darse un paseo inmersivo por el monumento deberán contentarse con hacerlo en este recorrido en 360 grados.
En el solsticio de verano, el sol sale detrás de la llamada Piedra Talón de Stonehenge, la antigua entrada al conjunto, y los rayos del sol se canalizan hacia el centro del monumento. Según English Heritage, «la alineación de Stonehenge muestra que sus constructores tenían una comprensión sofisticada del tiempo, las estaciones y el cielo.
El invierno habría sido un momento difícil; necesitaban el regreso de días más largos y calor para cultivar y alimentar a sus animales. Quizás Stonehenge era un tipo de calendario, o un lugar donde se celebraban las estaciones».