En plena pandemia de coronavirus, muchas personas valoran qué hacer con sus vacaciones. En muchos casos, la gente que ha decidido viajar en verano está buscando destinos que no se encuentren especialmente masificados, con el objetivo evitar aglomeraciones que puedan suponer un hipotético peligro de contagio. Por eso, el gran sueño no sería otro más que encontrar una isla paradisiaca en la que disfrutar de nuestras vacaciones sin nadie que nos moleste. Ahora es posible… si tienes suficiente adquisitivo.
Y es que se ha vuelto a reabrir para el turismo la única isla privada de Estados Unidos, Little Palm Island, un lugar paradisiaco con todo tipo de comodidades en el que puedes viajar con quien tú quieras por ‘solo’ 250.000 euros. Situada frente a las costas de Florida, consta de unos 4000 metros cuadrados, siendo el único resort isleño privado de todo Estados Unidos. A pesar de la situación que estamos viviendo con el covid-19, acaban de anunciar que en las próximas fechas abrirán sus puertas para para los futuros turistas, que podrán ‘comprar’ la isla durante el tiempo que deseen.
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En realidad, no se busca que la isla cambie de propietario, sino que el turista la ‘compre’ para su uso y disfrute exclusivo durante el periodo de tiempo que quiera a cambio de estar aislado de miradas ajenas. El precio más bajo es de 250.000 euros, que consta de tres noches en la isla y la posibilidad de que hasta treinta personas formen parte del complejo (aunque no es obligatorio, pues se puede viajar en pareja o en grupos más reducidos). Pero se puede optar por paquetes de estancia mucho mayores, hasta llegar a pagar el millón de euros.
En realidad, la única diferencia en el precio tiene que ver con el tiempo de estancia, pues sea cual sea este incluye el mismo tipo de ventajas: están cubiertas todas las comidas – supervisadas por el chef Daniel Ganem-, se permite el atraque de hasta 10 yates, se ofrece todo tipo de material para deportes acuáticos y, en el precio, están incluidas las propinas y los impuestos, entre otras cosas. Eso sí, dejan claro que lo único que no está cubierto en la isla por ese precio son las bebidas alcohólicas, que deberían ser abonadas por separado por el comprador.
Pero, como era de esperar, las experiencias que ofrece esta paradisiaca isla van más allá de lo normal: así, dentro de estas tarifas se incluyen servicios como clases de cocina, sesiones de yoga, barbacoas en la playa, noches de casino, viajes en hidroavión, paracaidismo, tratamientos de spa o, incluso, algunas muy exclusivas como aprender a liar puros. Un lugar tan exclusivo no podía ofrecer menos que una serie de experiencias que estuvieran a su altura.
La única vía de comunicación que tiene la isla es por mar. Por esa razón, existen dos maneras de llegar: bien aterrizando en el aeropuerto internacional de Key West y, desde ahí, utilizar el transporte en yate a motor que ofrece la isla; o, por el contrario, llegar hasta sus costas en hidroavión, dejando la nave junto al embarcadero desde el que acceder al interior de la isla. Sea como fuere, la isla ofrece absoluta intimidad al turista: un búnker para las vacaciones, pensado especialmente para grandes fortunas.
Little Palm Island ya llevaba funcionando varios años, pero la llegada del huracán Irma en 2017 la dejó realmente dañada. Esta situación provocó que se hayan realizado trabajos de recuperación y revitalización durante los dos últimos años, anunciando el pasado 1 de marzo que volvía abrir. Sin embargo, la pandemia de coronavirus provocó que volvieran a cerrar. Hasta ahora, que acaban de dar a conocer su nueva reapertura: ir de vacaciones a una isla privada ya no es imposible. Eso si si eres tan afortunado como para tener al menos 250.000 euros.