No hay verano sin piscina, pero, este 2020, todo ha cambiado. A medida que vamos superando fases y etapas, hasta entrar la “nueva normalidad” en la que ya nos encontramos, nos van surgiendo dudas sobre qué se puede y qué no se puede hacer.
En el caso de los niños, las dudas aún son más, si cabe. Por ejemplo, ¿qué pasa con la piscina? ¿El pequeño se podrá dar un baño con seguridad? ¿El agua de la piscina puede ser un vehículo de transmisión del virus?
Lo más importante es adoptar normas higiénicas y comportamentales básicas.
Por lo que respecta a las condiciones de la piscina en sí, el personal responsable tiene la obligación de asegurar la constante y frecuente limpieza y desinfección de las zonas comunes y los equipamientos, siguiendo la normativa vigente.
(Te interesa: Recomendaciones del Ministerio de Sanidad para la apertura de la actividad en las piscinas)
Además, se debe garantizar el distanciamiento interpersonal: al menos, 1,5-2 metros para las personas que no constituyan unidades familiares, sentadas o tumbadas.
Dentro del agua, también deben mantenerse las distancias interpersonales de seguridad, debidamente indicadas por los responsables de la instalación.
El poder del agua
En definitiva, ¿cuál es el riesgo de infección por Coronavirus si nos bañamos en la piscina?
Baño en la piscina: qué medidas adoptar
No obstante, existen algunas zonas de más “riesgo”, a las que debemos prestar atención cuando decidamos darnos un baño en la piscina.
(Te interesa: Consejos de seguridad en piscinas)
¿Qué consejos se pueden dar a los papás para hacer más eficaces las medidas de prevención anticoronavirus?
Ducha y chanclas
¿Cómo debemos actuar con la ducha final después del baño en la piscina? ¿Es mejor ducharse en las instalaciones de la piscina o en casa?
Mejor, al aire libre
Observar con una mirada crítica cómo se aplican las normas anticoronavirus (también las no obligatorias), es una buena estrategia para comprobar la fiabilidad de las instalaciones.