La Justicia brasileña decretó este martes la quiebra de la aerolínea Avianca Brasil, que en 2018 se acogió a la ley de bancarrotas en un intento de reestructurar sus finanzas y seguir operando, ante el fracaso de las negociaciones con los acreedores. La aerolínea brasileña es independiente del grupo colombiano Avianca Holdings S.A. aunque comparte los mismos administradores. La declaración del juez primero de Quiebras y Recuperaciones Judiciales de São Paulo, Tiago Henriques Papaterra Limongi, se ha producido a propia petición de la compañía, que a principios de la semana pasada solicitó esa medida que inicia su liquidación definitiva.
En la sentencia en la que declara la quiebra, el juez establece un plazo máximo de 60 días para que la empresa presente una lista de sus activos, que serán subastados para pagar parte de las millonarias deudas que tiene, señaló el Tribunal de Justicia de São Paulo en un comunicado difundido este martes (madrugada del miércoles en España). La firma escogida por la Justicia para administrar la aerolínea durante el fracasado proceso de recuperación, la oficina de abogados Álvarez & Marsal, se encargará de evaluar los bienes de la empresa antes de su venta. El magistrado también les pide que evalúen la conveniencia de la propuesta presentada por la firma Pacific Bank para adquirir los activos de Avianca Brasil.
“Consta en los autos del proceso que, por la total paralización de las actividades de la empresa que intentaba recuperarse, la administradora judicial y la propia aerolínea admitieron la imposibilidad de cumplir con el plan de recuperación judicial que ya había sido aprobado por los acreedores y homologado por la Justicia, y solicitaron que el proceso de recuperación judicial fuera convertido en declaración de quiebra”, recuerda el juez en la sentencia. Avianca Brasil solicitó que la empresa fuera declarada en quiebra el pasado 6 de julio tras más de año y medio arrastrando problemas y más de un año sin poder volar.
Año y medio en problemas
En diciembre de 2018, la cuarta aerolínea de Brasil, cuyas deudas ascendían a unos 500 millones de reales (81,6 millones de euros al cambio actual), se acogió a la ley de bancarrotas en un intento de que la Justicia mediara una negociación con los acreedores que le permitiera seguir operando. Pero desde entonces la deuda ha crecido hasta los 2.700 millones de reales (cerca de 441 millones de euros) sobre todo después de que, en mayo de año pasado, la Agencia Nacional de Aviación Civil (ANAC) le impidiera operar por su crítica situación financiera y operativa. La decisión dejó en tierra y sin ingresos a la aerolínea, obligada a devolver los 48 aviones que componían su flota, en su gran mayoría alquilados.
Como parte de su proceso de recuperación judicial, la compañía subastó entonces los slots, como se conocen los permisos de despegue y aterrizaje en los aeropuertos, a los que tenía derecho en las terminales de mayor movimiento del país, como las de São Paulo y Río de Janeiro. Pero no pudo recibir los 147 millones de dólares (129 millones de euros) que acordó por esa venta a sus competidoras Latam Brasil y Gol porque la subasta no obtuvo la aprobación definitiva de la ANAC.
Avianca Brasil es una empresa controlada por el brasileño de origen boliviano -y nacionalizado colombiano- Germán Efremovich, que en 2004 adquirió el control del grupo Avianca y sus subsidiarias como TACA y VIP. En 2010 la aerolínea brasileña OceanAir, propiedad de Efremovich, llegó a un acuerdo para usar el nombre Avianca Brasil sin que el control de la empresa pasase a formar parte del grupo colombiano, que también atraviesa por problemas. El pasado mayo, Avianca Holdings pidió acogerse a la ley de bancarrota de Estados Unidos para iniciar un proceso de reorganización debido a “la velocidad y el dramático escalamiento del impacto de la crisis de la covid-19” y oficializó el cierre de operaciones de Avianca Perú.
