El Gobierno israelí ha aprobado este viernes endurecer las restricciones por la fuerte segunda oleada de covid-19, que registra peores datos que la primera en marzo-abril, con el cierre desde esta jornada de restaurantes, de negocios no esenciales los fines de semana e incluso el de las playas a partir de la semana que viene. Con estas medidas, el Gobierno israelí busca frenar el brusco ascenso de contagios de coronavirus registrado en las últimas semanas y evitar un cierre total que vuelva a paralizar la actividad económica del país, cuyo desempleo desde febrero ha pasado de un 3,3% a un 21%.
Los fines de semana (viernes y sábado en Israel) solo podrán abrir comercios esenciales como tiendas de comestibles y de productos higiénicos, farmacias, ópticas y negocios de telecomunicaciones pero, por el momento, no habrá restricciones al movimiento de personas -más allá del cierre ya instaurado en los barrios más afectados por la pandemia.
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El resto de negocios y otros espacios deberán cerrar, incluidos los mercados al aire libre, centros comerciales, salones de belleza, peluquerías, librerías, museos, zoológicos y las piscinas o atracciones turísticas. Además, a partir del próximo fin de semana, las playas también se clausurarán para evitar aglomeraciones de bañistas.
Las reuniones estarán restringidas a veinte personas en espacios abiertos y diez en lugares cerrados. En las oficinas públicas, las plantillas presenciales se reducirán al 50%, y cerrarán los comedores para empleados.
«Estamos haciendo todo lo posible para evitar un cierre general. Trabajamos al ritmo del coronavirus.