Según datos del Consejo Mundial del Viaje y el Turismo (WWTC), el 10,4% de los fondos que se movilizan a nivel global pertenece al mercado de viajes. Son 319 millones de empleos los que absorbe en el mundo. En tanto, en Argentina, según datos del Ministerio de Turismo, implica USD 5400 millones anuales de exportaciones, conlleva $165.000 millones en el mercado interno y emplea a 1,1 millones de personas.
La Latin American Hotel & Tourism Investment Conferences (Sahic) asegura en sus informes que la presente es la caída más severa registrada en el último medio siglo. Se trata de una industria clave en la reactivación de la situación crítica mundial que se experimenta en términos económicos.
Mientras algunos escenarios donde la pandemia emergió primero se activan, el turismo se encuentra en una etapa de urgente necesidad de retomar esquemas previos porque de ello depende, ya no sólo la industria en sí misma, sino la supervivencia que un mundo entrelazado a supuesto para todos.
Luego de un tiempo con la totalidad de la industria de viajes en suspenso y -aunque reiniciándose lentamente- sin horizonte concreto de cómo y cuándo el turismo volverá a la normalidad, una certeza aparece: ya no será el mismo mundo luego de esta pandemia. Y en esto, Brian Chesky, CEO de Airbnb, coincide. Para él, como resultado de la pandemia de coronavirus “el turismo nunca más volverá a ser igual”. “Es el fin del turismo como lo conocemos”, aseveró durante una entrevista con Deirdre Bosa en el canal de noticias estadounidense CNBC.
La industria de viajes y turismo cambiará para siempre por la pandemia de coronavirus con menos enfoque en los principales destinos turísticos (REUTERS)
“No quiero decir que el viajar se haya terminado, sino que el modelo que conocíamos ha muerto y no va a volver”, subrayó. Y enfatizó en que las personas “no quieren subirse a un avión, ni viajar por negocios, ni cruzar fronteras. Vamos a subirnos a nuestros automóviles, conducir unos cuantos kilómetros a una pequeña comunidad y quedarnos en una casa”.
Por ahora, nos quedamos en casa. Pero volveremos a viajar. Y, cuando lo hagamos, lo haremos de manera más consciente, más sostenible y con un mayor sentido de la solidaridad que nunca. A medida que salimos de este letargo, ansiaremos experiencias que mejoren la salud, inmersiones restauradoras en la naturaleza, ejercicios de elevación del espíritu al aire libre y escapadas seguras para pasar un tiempo de calidad con nuestros seres más cercanos y queridos.
Tendremos que hacer la transición para aventurarnos de nuevo en el mundo en general a un ritmo nuevo y más lento. Pero es posible que al principio no queramos alejarnos tanto de casa, minimizando la cantidad de tiempo que pasamos en aeropuertos o aviones.
Para Bryan Dove, CEO de Skyscanner, en poco tiempo el nuevo coronavirus ha cambiado nuestras vidas. “Esperamos que las próximas semanas sean aún más difíciles, pero creo que hay un caso de esperanza y optimismo sobre lo que está del otro lado. Exploraremos el mundo nuevamente. Y cuando lo hagamos, atesoraremos los recuerdos y las experiencias compartidas más que nunca”, aseguró.
Para Chesky, habrá una “redistribución de los destinos a donde viaja la gente… en lugar de solo unas pocas ciudades, a miles de comunidades locales” (Shutterstock)
Chesky advirtió que si bien los viajes regresarán, “tomará mucho más tiempo de lo que pensamos” y que “será diferente”. Para él, habrá una “redistribución de los destinos a donde viaja la gente… en lugar de solo unas pocas ciudades, a miles de comunidades locales”.
El especialista también reveló cuán profundamente la pandemia afectó su negocio, que “pasamos 12 años construyendo y perdimos casi todo en cuestión de cuatro a seis semanas”. Sin embargo, se mostró optimista sobre el mercado. “Es resistente”, explicó y señaló que “Airbnb tiene más anfitriones ahora que antes del comienzo de la crisis de COVID-19″ y tenía el mismo volumen de reservas en los EEUU en mayo y principios de junio que el año anterior “sin ningún tipo de comercialización”.
“De seguro la retomada empezará con viajes nacionales. Son la mejor apuesta para viajar más adelante aún este año, ya que no hay forma de predecir cuándo se abrirán las fronteras de otros países. Los viajes nacionales exigen trayectos más cortos, generalmente más baratos y no requieren tanta anticipación en la organización”, sostuvo en diálogo con este medio Luísa Dalcin, experta en viajes del metabuscador de ofertas de vuelos y hoteles Viajala.
Sobre los viajes internacionales, la compañía realizó una encuesta entre sus usuarios de la Argentina y casi la mitad de ellos aseguró que “no tiene idea de cuándo volverán a viajar”. “Hay muchos efectos colaterales del coronavirus además de la preocupación por la salud -continuó- y los problemas financieros son una de los más importantes entre los viajeros”.