Ahora que tantos están pendientes de si les cancelan su vuelo por la crisis social y económica generada por el coronavirus, pensar en un plan alternativo y millonario se antoja muy lejano. Aunque apetecible. Imagínense: se acercan al aeropuerto más cercano a su mansión para subirse a su avión privado con destino a aquel puerto exótico en el que piensan pasar sus vacaciones a bordo de su yate, transportado hasta el lugar por su propia tripulación. O volar hasta su isla privada, o hasta aquella villa que compró por varios millones de euros y que visita una vez al año. No se preocupen, soñar es gratis. No nos engañemos, hay quienes han logrado cumplir esos sueños. A golpe de talonario, claro.
Como Antonio Banderas, que odia volar, y después de años de éxitos se compró un avión en 2018 para reducir las tensiones de sus viajes. “Me he comprado un avión porque los odio”, dijo el actor en una entrevista, “no me gusta en absoluto volar”. Cansado de pasarse media vida en los aeropuertos, haciendo cola, firmando autógrafos, descalzándose en los controles, el malagueño invirtió, tal como adelantó Vanitatis, 4,5 millones de euros en un avión que era propiedad de Telefónica. “Me dije ‘sé que me va a costar mucho dinero, pero prefiero vivir bien”. Además, el actor lo alquila cuando no lo necesita, una costumbre destinada a abaratar gastos. Nos hemos puesto en contacto con el entorno del actor y nos confirman que Banderas mantiene su avión, que tiene incluso su propio piloto.
El de Banderas es un Gulfstream G200, el mismo modelo que adquirió en 2015 el jugador del Real Madrid Cristiano Ronaldo. Son pocos quienes tienen un jet a su nombre. En julio de 2018, en pleno tour de ‘El Dorado’, saltó una alarma: el avión privado de Shakira había tenido que realizar un aterrizaje de emergencia. El mismo avión con el que la cantante internacional voló con su pareja, Gerard Piqué, de Barcelona a Argentina en julio de 2017 para asistir a la boda de Leo Messi.
Lo curioso es que si repasamos los vuelos de la nave en el último año, veremos que ha volado a diversos y exóticos puntos del planeta. Y surge la pregunta: ¿está Shakira siempre en su avión privado? “Nada de eso, la mayoría de propietarios no gestionan sus aviones, los ceden a empresas que se dedican a esto, y cuando ellos no los necesitan, los suelen alquilar para que los usen otros”, nos cuenta una persona conocedora del funcionamiento de este particular mundo.
“Mantener un avión privado es demasiado caro y son muy pocos quienes pueden permitírselo, menos quienes quieren hacerlo, por eso suelen dejarlo en manos de empresas que gestionan otros vuelos y los alquilan mientras no se usan”. Como contó Banderas: «Lo alquilo y combino una cosa con la otra”.
Desde el despacho que representa a la colombiana no nos han podido confirmar que sea propietaria de un avión. Pero las fotografías no mienten, y cuando la cantante viaja, lo hace a bordo de una pequeña nave, un LV-GVT Learjet 60 XR con capacidad para siete pasajeros, ocho a lo máximo, calificado de tamaño medio por los expertos y que cuesta unos 3.750 euros el alquiler por hora. Si uno quisiera comprárselo, debería desembolsar unos 13 millones de euros.
La cesión a terceros y el alquiler es el método que se utiliza en muchos casos. Como sucede con el avión propiedad de Inditex -que no de Amancio Ortega-, una nave que usa a veces su presidente y su familia. También para sus viajes personales, aunque no siempre está disponible para ellos y los directivos de la empresa. El avión, que está valorado nada más y nada menos que en 34 millones de euros, lo gestiona una empresa para descargar a Inditex de los grandes gastos que supone tener un avión privado siempre a mano. En este caso, cuando Ortega, su familia o Inditex quieren usarlo, tienen que pagar una cantidad. Una especie de alquiler de su propia propiedad.
También Planeta ha tenido durante mucho tiempo un avión privado para sus directivos. Uno de ellos recuerda a Vanitatis sus viajes a bordo de la nave junto a José Manuel Lara, el fallecido presidente del grupo editorial. “Tomábamos whiskey envueltos en el humo de su eterno puro”, dice entre divertido y nostálgico.
Mango cuenta con su propio avión que suele usar su fundador, Isak Andic, para sus desplazamientos privados. Sucede lo mismo con el presidente de Mercadona, Juan Roig, la presidenta del Banco Santander, Ana Botín, y una larga lista de grandes empresarios, quienes usan el avión de su compañía para viajar durante sus vacaciones.
Además de aviones de los que pueden disponer en su tiempo libre, los personajes más ricos de nuestro país cuentan con sus propios barcos. Y en este caso, al tratarse de un mantenimiento mucho más económico que el de un jet privado, tienen hasta varios. Le pasa a Amancio Ortega, por ejemplo, quien posee dos yates de lujo, uno para sus salidas por el Mediterráneo y otro para navegar por aguas gallegas.
Uno de los veleros a los que muchos esperan ser invitados es el Nirvana Formentera, barco de Andic, la embarcación privada más grande de España. Hay que tener en cuenta que cuando se trata de grandes embarcaciones, muchas suelen tener banderas de países con una fiscalidad más laxa (se suele decir que son países con pabellones de conveniencia). Por eso podemos afirmar que el de Andic, que estos días está en el puerto de Ibiza, es el más grande: el velero cuenta con 53 metros de eslora y 11 de manga.
Famoso es también el Mata Múa, el barco de Carmen Cervera, anclado ahora en el puerto de Barcelona. Este motovelero de acero cuenta con 38 metros de eslora y fue botado precisamente en Barcelona en 1991 (y reformado en 2004). Tiene una gran capacidad, dispone de dos grandes salones, cuatro camarotes dobles y cabinas para siete miembros de la tripulación. Su interior fue diseñado por Lemmer y el barco ideado por Diana Yacht Design.
Son muchos los nombres que podrían aparecer en esta lista, como Juan Miguel Villar Mir, fundador del grupo empresarial que lleva su nombre y uno de los magnates más importantes del país. Villar Mir puede viajar en el avión privado que tiene su compañía, como las grandes empresas españolas, y además puede navegar en sus dos megayates.
Villar Mir es el propietario del Blue Eyes London (de 60 metros de eslora) y del Albatros (de 46 metros). El Blue Eyes está atracado en Palma de Mallorca, donde veranean nuestras fortunas más conservadoras, que llegan, por tradición, a la vez que lo hacen los Reyes. Villar Mir es uno de los grandes amigos de don Juan Carlos I y de su hijo, el rey Felipe VI.
Por cierto, el yate Fortuna, ahora llamado Foners, antiguo barco del rey Juan Carlos I, lleva años amarrado en el puerto de Denia, a la espera de que alguien lo compre. Ya saben, soñar es gratis.