La crisis del coronavirus ha golpeado al turismo deportivo en el mejor momento de su historia. Durante este 2020 se iban a vivir otros dos grandes momentos con la celebración de los Juegos Olímpicos y la Eurocopa de fútbol, que se han tenido que posponer para el año que viene.
Nicole Kalemba, doctora en economía y empresa y profesora de la UPF Barcelona School of Management especializada en turismo deportivo, explica en esta entrevista con EFE que este sector ha pasado de repente de vivir un momento muy feliz a uno muy complicado y que el futuro será desafiante.
Pregunta: ¿Ya se conoce la gravedad de las pérdidas que está teniendo el turismo deportivo en España a causa del coronavirus?
Respuesta: Los estudios de la Asociación Nacional de Turismo Activo (ANETA) dicen que entre marzo y agosto se perderá el 80% del turismo activo en España. En 2018, por ejemplo, el turismo deportivo comportó 2.200 millones de euros. El impacto que va a ser gigantesco.
P: El Instituto Nacional de Estadística (IEC) dijo que en 2016 hubo 10 millones de turistas que visitaron España por motivos deportivos, los cuales aportaron prácticamente 12.000 millones de euros de facturación. De aquí se desprende que ahora probablemente estén en peligro muchísimos puestos de trabajo. ¿Es así?
R: Este es el problema. En el turismo hay una previsión de que se pierdan 83.000 millones de euros y de que se destruyan 1 millón de empleos. Y el turismo deportivo afecta a muchas otras industrias como la restauración, la hostelería, el marketing, los medios de comunicación, los servicios minoristas o el transporte, entre otras.
Hasta ahora el turismo deportivo ha estado muy en auge, ha vivido el mejor momento de la historia, y desde el punto de vista estratégico se ha visto como una gran herramienta para la diferenciación y la desestacionalización del turismo. Y ahora cae de la gloria a la nada.
P: El museo más visitado de Barcelona durante los últimos años ha sido el del Barça y, en el caso del Real Madrid, el suyo tan solo ha quedado por detrás del Prado y el Reina Sofía en la capital de España en número de visitantes.
R: Los de antes de la pandemia eran números espectaculares. Por ejemplo, el año pasado Madrid facturó más de 65 millones de euros gracias a la final de la Champions League que acogió, durante la que tuvo una ocupación hotelera del 95%. La gran mayoría de los turistas deportivos son extranjeros y ahora estos tendrán muy difícil poder venir, así que los esfuerzos tendrán que centrarse en la demanda interna para conseguir que los residentes nacionales sean aliados.
Pero hay que tener en cuenta que España tiene proyectos como la candidatura olímpica Pirineos-Barcelona 2030, el Valderrama Masters de golf en Andalucía, y Grandes Premios de Fórmula 1 y Moto GP en diferentes partes del territorio.
P: Este 2020 se han pospuesto tanto los Juegos Olímpicos como la Eurocopa de fútbol. Si estos eventos se pudiesen celebrar finalmente en 2021, ¿las pérdidas que han tenido lugar con la cancelación se recuperarían?
R: El daño ya está hecho y será muy complicado revertir todo lo que se ha perdido. Pero si es posible celebrar estos dos eventos el año que viene algo se podrá recuperar. El turismo deportivo tiene un futuro muy desafiante. Lo que parecía muy bonito y en auge ahora mismo está muy complicado. Aunque se celebren estos eventos,
difícilmente va a ser de una forma normal a causa del distanciamiento social. Para la Eurocopa ya se habían vendido 3 millones de entradas y había 28 millones de solicitudes. El deporte en general y el fútbol en particular generan un gran flujo de turistas. No es casualidad que Booking sea patrocinador de la Eurocopa y AirBnb de los Juegos Olímpicos.
P: Estadios como los del Barça y el Real Madrid actualmente se están remodelando precisamente con la intención de convertirse en espacios ‘business approach’ (‘enfocados al negocio’) y así generar más ingresos en el propio recinto, tanto en los días de partido como gracias al hecho de potenciarse aún más como destino turístico privilegiado de la ciudad. ¿Estas estrategias se verán afectadas por el coronavirus?
R: El fútbol siempre va a atraer a las personas y en el momento en el que volvamos a la normalidad, que seguramente será a largo plazo, se podrá recuperar parte del dinero perdido. Pero las tendencias van cambiar, igual que el comportamiento del consumidor a causa del distanciamiento social y el miedo al coronavirus. Eso hará que disminuyan sus espectadores presenciales durante un tiempo.
Aparte del impacto económico, también debemos fijarnos en los beneficios sociales que generan los diferentes eventos deportivos.
El deporte fomenta la comunicación y construye puentes entre diferentes generaciones de personas y culturas. Y demuestra que más allá del típico turismo de sol y playa hay muchas otras oportunidades para los destinos para promocionarse como marcas.
P: ¿Y ahora qué les toca hacer a las ciudades con el deporte?
R: Pensar en el ‘city branding’ (‘marca de ciudad’), crear una imagen de destino gracias al turismo deportivo y poner en práctica estrategias de promoción de marca y turismo. Barcelona, por ejemplo,
es importante que se reposicione como una ciudad segura, sostenible y saludable, pero también tendrá el reto de reposicionarse como ciudad del deporte, potenciando productos existentes y creando de nuevos. Hay que tener en cuenta que después de cada crisis hay un periodo de oportunidades, invenciones y reinvenciones.